La cruz: A escasos metros de aquella, en el estanque hay cada vez más suciedad.

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Recuerdan que durante meses estuvimos denunciando que los accesos a Palma dejaban bastante que desear? ¿Y recuerdan también que desde esta página le sugerimos al alcalde Jaime Martínez que animara a su compañero de partido y presidente del Consell de Mallorca –pues a esta institución pertenecen las carreteras– a que se pusiera las pilas y arreglara dichas entradas…? Pues bien, en ello están. Y por lo que se ve, van a tope, con ganas de finiquitar la cuestión a la mayor brevedad posible, de lo cual, en la foto tienen la prueba: el parterre que hay frente al Palau de Congressos, hasta hace poco muy abandonado, está cambiando la cara por las obras que están haciendo en él, y es que, de momento, han puesto gravilla. Ahora faltan las flores y las plantas.

Dos sugerencias

Uno de nuestros ‘ciudadanos de a pie de calle', que es quien nos manda las fotos, hace dos consideraciones al respecto. Una, «supongo –dice– que entre la gravilla y la tierra habrán puesto un plástico, ya que de lo contrario, pronto, a nada que llueva un par de horas, entre aquella aparecerán hierbajos». Y dos: «Aparte de que los palmitos que hay han de tener su correspondiente mantenimiento, no estaría de más que a su alrededor sembraran algunas plantas más, con lo cual el lugar ganará en colorido».

Pues no están mal las dos sugerencias que hace nuestro ‘ciudadano a pie de calle', a la que añade una tercera. «En esa zona, en dirección a es Portitxol, hay una gran explanada que no hay que dejar tal cual está, o como lo que es ahora: una pequeña pradera repleta de hierbajos y alguna que otra piedra. Ahí, tras trabajar el terreno, deberían de plantar adelfas, o lantanas, plantas muy sufridas y no muy caras».

La entrada a Palma por la autopista de Llevant va a mejorar adecuadamente.

Pues dicho lo cual, hay que recordarle al presidente del Consell, Llorenç Galmés, que no olvide las otras entradas de Palma (Cala Major, carretera de Sóller, etc.), como tampoco lo haga con las de pueblos y ciudades de la Isla.

Cal y arena

Tenemos el placer de mostrarles que la escultura en honor a los Donantes de sangre vuelve a estar donde estuvo hasta que un mal día de hace más de un año, un coche se estrelló contra su peana de piedra, destruyéndola por completo. De aquel topetazo, la escultura salió ilesa, quedando guardada en dependencias municipales hasta que volviera a ser colocada.

Durante el mandato de Hila insistimos un par –o más– de veces para que se reconstruyera la peana, para que sobre ella se recolocara la escultura. Pero fue en vano.    Tras la llegada del nuevo Ajuntament, y una vez transcurridos los cien días de tiempo que se le suele dar al nuevo gobierno para que se vaya asentando, volvimos a la carga, esta vez con la esperanza de ser oídos. Total, se trataba de reconstruir algo nada difícil de reconstruir y… Pues que a punto de celebrar el primer aniversario de la no reconstrucción, los vecinos nos avisan de    que hay movimiento y… Pues sí, comprobamos que se está reconstruyendo la peana –noticia que publicamos– y al cabo de un mes vemos que ya han colocado la escultura. ¡Enhorabuena! Cort ha cumplido.

Pero, por otra parte, nos sorprende que habiendo denunciado la suciedad que había en el estanque sin agua, vecino a la escultura de los Donantes de sangre, siga estando ahí, con incluso más basura que antes, lo cual desmerece el lugar.

En Can Pere Antoni

Les recordamos que cada mañana de 1 de enero, desde hace unos 25 años –o puede que más–-, recibimos el Año Nuevo con un baño, que nos damos en la playa de Can Pere Antoni. Sí, sobre las 11.00 horas, todos en bañador, ¡patos al agua! Y que sepamos, todos han sobrevivido a ese momento. Es más, han repetido la zambullida hasta el punto de que algunos se han quedado allí hasta la hora de ir a comer.

Naturalmente, los bañistas, después del baño, se hacen una foto. Los bañistas, eh; los que se han bañado, puesto que en esa foto no caben los que pasaban por allí, y ya que estaban, han decidido ser uno más de la partida.

El año pasado elegimos al rey y a la reina del baño del primer día del año. Fue una elección democrática, sin jurado, efectuada por todos los bañistas. Este año pensamos hacer lo mismo. Como también pensamos en que haya merendola tras el primer baño, para lo cual –espero– contaremos con la colaboración de Toni de la Mata, que es quien aporta la mesa, el mantel y el candelabro, y la de Ángel Cortés, que nos trae de su pastelería ensaimadas y algo más. Pero dadnos un par de días, que hablemos con ambos, y veamos cómo lo montamos. Mientras tanto, vayan preparándose, pues el primer día de 2024 está ahí. La próxima semana se lo vuelvo a recordar, además, con la hora en la que nos vemos en Can Pere Antoni.