Pilar García posa junto a su innovadora obra. | Click

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Pintor que se duerme se lo lleva la corriente. Por eso, quién en pintura, o en otra actividad -artística o no-, no trata de renovarse, se estanca y hasta puede quedarse en el olvido. Desde luego, este no es el caso de Pilar García.

Lo decimos porque como artista evoluciona constantemente. Prueba de ello es con lo que ha despedido el 2023. O con lo que ha dado la bienvenida al 2024. Con un gran mural pintado sobre porexpan. Un mural que es una pared de ladrillo, muy propia de las del metro. Una pared que, ladrillo a ladrillo, unidos entre sí con cola, ha construido ella misma sobre una base sólida que la soporta y a la que va adherida. Luego ha pintado esta base con látex, mezclado con polvo, con el fin de envejecerla y darle el color propio de las paredes del metro, procurando dejar más claro el centro para hacer en él el dibujo de la chica mulata con el pelo punky, «inspirada -nos dice- en el rostro de una modelo a la que fotografié».

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Los laterales del cuadro son irregulares, todo gracias al buen manejo del cúter.

El cuadro en cuestión se puede ver en el interior de la tienda ACE Reformas, situada en la calle General Riera, que es donde se ha pasado muchas horas pintándolo por encargo del dueño.

Los elementos del cuadro

Visto el cuadro de frente, y a cierta distancia, observamos en él cuatro elementos: las grietas de la pared, las pintadas de los laterales de la misma -incluida la señalización de la estación: Goya-, la cara de la chica y cómo ha limitado la obra utilizando el cúter. «Para mí -dice Pilar- la cara ha sido lo más fácil de hacer, puesto que desde siempre he hecho caras. En cambio, lo difícil o más complicado a la hora de realizarlo ha sido el entorno, para el que me he inspirado en lo que se suele ver en las paredes de los metros o, simplemente, en las paredes en general. Y luego, para mí fundamental, conseguir un equilibrio del todo con la cara».

En cuanto a que la estación se llame Goya, «pues porque en la zona de Goya, de Madrid, me pasaron muchas cosas, tuve vivencias muy interesantes, por lo que del lugar guardo gratos recuerdos, tanto que cuando voy a Madrid, si tengo tiempo, me doy una vuelta por la zona», nos explica.

Dos semanas de trabajo

Respecto al tiempo de elaboración de la obra, Pilar confiesa que ha sido de unas dos semanas, «cada tarde, durante ese tiempo, he venido por aquí a construir la pared y a pintarla, entre las 16 y las 19 horas y… Pues que he quedado muy satisfecha del trabajo. Y lo importante, que quién me lo encargó también lo está».

Por último, Pilar confiesa que no va a seguir haciendo cuadros con ese material pero, «tras la experiencia que he tenido con el porexpan, y viendo el resultado conseguido, estoy dispuesta a seguir pintando sobre cualquier superficie sólida - dice convencida sin perder la sonrisa que le caracteriza-. Y lo primero que haré, que lo tengo ya decidido, será pintar sobre algo que solemos usar a menudo… Y no digo más». Tocará esperar para ver con qué nos sorprende la próxima vez.