Imagen de la salida de la carrera Magic Line. | Francisco Ubilla

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Un año más, el Paseo de Cala Gamba, frente al Hospital Sant Joan de Déu, acogió la salida de la caminata solidaria Magic Line, organizada por la Obra Social de Sant Joan de Déu para recaudar fondos de cara a destinarlos a diversas iniciativas sociales. En su octava edición, contó con la participación de 1.200 personas distribuidas en 94 equipos y recaudó cerca de 30.000 euros, que «servirán para financiar diferentes programas que redundan en la mejora de la atención de los usuarios de la Fundació Sant Joan de Déu, que son personas en situación de vulnerabilidad y exclusión social, así como de algunos pacientes del hospital con problemas económicos», indica Joan Carulla, director gerente de los hospitales de Palma e Inca y gerente de la fundación. «Por ejemplo, podremos pagar guarderías de verano para los niños de la fundación, actividades familiares y algunos servicios y prestaciones para pacientes sin recursos», concreta.

«Una vez más, Mallorca ha demostrado que es muy solidaria», abunda. «Los participantes saben que esto no es una carrera, sino una caminata no competitiva. Solo se puede participar en equipo, con lo cual fomentamos que la gente se relacione. Además, los equipos deben marcarse un reto de recaudación, por lo que demuestran su compromiso solidario. La finalidad de la Magic Line no es deportiva, aunque, por supuesto, sea una actividad muy saludable», incide.

Participantes en la carrera Magic Line
Participantes en la carrera Magic Line.

La caminata contó con tres modalidades: un recorrido de 10 km desde Cala Gamba, otro de 3 km desde el Portitxol y una ruta marítima, de vela adaptada, desde el Club Náutico Cala Gamba. Todos los participantes se han encontrado en la meta final, en Parc de la Mar, donde se ha celebrado una fiesta con música en directo, animación infantil y food trucks. «El objetivo fundamental del evento es concienciarnos de que hay gente con problemas, que no podemos dejarlo todo en manos de la administración y que la sociedad civil tiene que ayudar a la gente que sufre», destaca Carulla.

Entre las entidades colaboradoras figura Tambors per la Pau. «Somos una batucada social y nos gusta apoyar iniciativas solidarias como esta. Es la segunda vez que participamos, para dar color y animar el evento. El año pasado solo actuamos en la salida, pero este año también tocaremos en la meta», explica Jordi Ramis, uno de los integrantes de esta batucada.

«Es la primera vez que participamos. Somos un equipo de unas 30 personas, todos compañeros de trabajo, y venimos a colaborar en esta iniciativa solidaria», indica Irene Pedrote, empleada de la Moventis, la concesionari del servicio de transporte interurbano TIB, que el año pasado ya presentó un equipo a esta carrera. «Nos lo propuso la empresa y nos ofrecimos voluntarios. Hoy en día hay mucha gente que no puede llegar a final de mes y no está de más echarles una mano. Además, es una caminata agradable con amigos y compañeros», destaca.