Carrera solidaria del CIDE. | Emilio Queirolo

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Entre las nueve y las diez de la mañana del domingo, se iba agolpando cada vez más y más gente a las puertas del Polideportivo del CIDE, en Son Rapinya. Niños y adultos de todas las edades, ataviados con su camiseta oficial de la 10ª Cursa Fundació Som CIDE, generaron una verdadera marea azul en la cuesta en la que se ubica este colegio.

«La participación ha aumentado sensiblemente respecto al año pasado, y hemos alcanzado los 940 inscritos frente a los 800 de pasadas ediciones», explica Amalia Martínez, directora del CIDE. «En este décimo aniversario, hemos añadido una carrera más, destinada a niños de 12 a 16 años, para incentivar que participen, porque hasta ahora, tenían que correr en la de adultos, de 6 km. La verdad es que son muchos los que se han animado, como se refleja las cifras de participación», señala.

Al filo de las diez de la mañana comenzaron las carreras infantiles, divididas en recorridos de entre 500 y 1.000 metros para diferentes tramos de edades, desde alumnos de Educación Infantil hasta de 6º de Primaria. Ya a las diez y media, tomaron el relevo los adultos, con carreras de 3 km tanto para alumnos de ESO y Bachillerato como para la caminata popular, y de 6,3 km para la Carrera Fundació Som CIDE.

«En su ya décima edicIón, es una carrera muy consolidada. Se trata de una jornada lúdica y deportiva para unir a toda la comunidad escolar (alumnos, familias y docentes) en torno al deporte y por una causa solidaria», descaca Martínez, quien indica que «cada año destinamos la recaudación del evento a una entidad sin ánimo de lucro local. En esta edición, la beneficiaria es la Associació Balear d'Esclerosi Múltiple (ABDEM). «El año pasado ya participamos y lo pasamos muy bien», cuenta Garbiñe, quien viene acompañada por su marido, Iván, y su hijo Ibai, de cinco años. «A mí me gusta mucho correr y a mi hijo también. Es una buena ocasión para inculcarle el gusto por el deporte», añade Iván.

«Yo hace cinco años que vengo. Ya soy veterano», asegura Sergi, de once años. «Yo participé por primera vez el año pasado, pero quedamos terceros», saca pecho Gerard, de diez. «Es mejor competir con deportividad y tener un mal resultado que hacer trampas y ganar», reflexiona su amigo Mikel. «A veces hay un poco de pique sano entre nosotros», reconoce su amigo Hugo. Sea como sea, «venimos a divertirnos. Ha venido toda mi familia y me encanta que participemos todos juntos», destaca Gorka. «Y colaborar en la causa solidaria, que también es muy importante», remacha Moisés.