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Si se tuviese que escoger una banda sonora para la competición, no sería precisamente la que Vangelis compuso para Carros de Fuego. O quizá sí, por parecer que se mueven a cámara lenta. En el marco de la XXII Fira del Caragol de Sant Jordi, impulsada por la Associació Fira del Caragol, más de un centenar de niños han participado en la tarde de este sábado en su tradicional carrera de caragols, una prueba más frenética de lo que podría suponerse. Con el paso de los años, los niños han desarrollado toda una metodología. En tandas de tres grupos de siete, colocan a sus caracoles, caragolins y bovers, en listones de madera, de unos 90 centímetros. Antes de lanzar a los gastrópodos a la carrera, rocían los listones con agua, preparando así la pista.

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«Los caracoles deben estar detrás de la línea negra. Si cae, se puede recolocar, pero bajo ningún concepto avanzarlo. Es falta; a las dos faltas, tarjeta roja y descalificación. Vos engegarem des poble. El caracol es un animal muy traicionero: pega un sprint y no lo ves venir», detallaba Macià Fiol, el narrador de una competición que arrancó a las 16.30 horas. A pesar del intenso sol de la tarde, poco apreciado por los gastrópodos, estos realizaron el loable esfuerzo de salir de sus caparazones para brindarle al público carreras para el recuerdo. La conexión ‘niño-caracol' resulta esencial para hacerse con la victoria. Durante la prueba, volvían a rociar la pista para combatir la sequedad, y utilizaban hojas de lechuga o de fonoll a modo de reclamo. Y, como es habitual, los caracoles de menor tamaño parecían partir con ventaja.

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«Lo he encontrado esta mañana al lado del campo de fútbol. Estoy muy contento con la victoria», afirmaba el joven competidor Eric Martín, de solo ocho años, que a pesar de llevar solo un par de horas con él y no haber entrenado demasiado, parecía tener una gran sintonía con su caracol Flash, ganador de una de las primeras tandas de la tarde. En cambio, otros competidores, como Jaume Munar, de ocho años, llevaban bastantes días practicando con sus caracoles, y es que más de uno llevaba uno de recambio. «Hemos estado unos días sin ponerles nada de lechuga y, el día previo a la carrera, les damos un poco», explicaba Jaume, que no pudo ganar con su caracol. Ahora bien, su método fue productivo, pues quién sí consiguió ganar fue Cristiano, el caracol que le prestó a su amigo Luis Rodríguez. Hoy la feria comienza a las 9.30 horas, y el público encontrará venta y degustación de caracoles cocinados y muchas otras actividades.