Alina Kiliwa está en Palma para impartir una conferencia y taller en la Escuela Universitaria ADEMA. | Teresa Ayuga

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No es lo mismo pintar en casa que hacerlo en la calle. Hay más presión, menos tiempo y ojos que observan. Hay frío, calor y ruido. Se vive con otra adrenalina. Quizá esa sea la droga que abruma a nuestra protagonista, una talentosa referente del street art mexicano. Sus rótulos y murales han provocado alguna contractura en los cuellos de los transeúntes. Irradian colores que pueden verse a distancia, y generan emociones que invitan a la reflexión. Expeditiva, como su compatriota Speedy Gonzales, Alina Kiliwa pinta sus obras en «pocas horas», combinando lettering y caligrafía con una sensibilidad alejada de los preceptos convencionales de la publicidad. Ayer ofreció una conferencia en la Escuela Universitaria ADEMA y mañana impartirá un taller sobre rótulo mexicano en el mismo emplazamiento.

¿El artista nace o se hace?
Un poco los dos, puede nacer pero sin practica no avanza.             

Para entender un poco mejor lo que hace... ¿podría diferenciarnos los conceptos de caligrafía, ‘lettering' y rotulismo?
La definición que viene en el diccionario de caligrafía es ‘escritura bella', tiene ciertas normas y se hace generalmente de un solo trazo. El lettering es dibujar letras, como marcar el contorno; y el rotulismo podría ser una combinación entre ambas, solo que va más enfocado a la publicidad.        

¿La mejor forma de crear es contando una historia?
Creo que sí. Hay un concepto muy bonito del lettering que lo describe como ‘contar historias con letras', así que van muy de la mano.     

¿Cuál ha sido su mayor reto creativo hasta la fecha?
Cada trabajo es un reto creativo, pero creo que el mayor reto es poder vivir de este oficio del que apenas quedan profesionales.

Sus trabajos incorporan un mensaje muy potente que en ocasiones se alía con la ironía, me gustó mucho un mural en el que podía leerse ‘Líbranos de los piropos'…
(Risas) Es un mural de la Colonia Doctores en Ciudad de México. Cuando me dan un poco de libertad me gusta proponer frases que leo o encuentro en cualquier lugar. Trato de incorporarle ironía o dichos mexicanos que están establecidos y combinarlos con otras palabras para que tengan un sentido más feminista y de reflexión pensando en la gente que los lee.

Decía Picasso que lo primero que debe preguntarse el artista es por qué pinta… ¿Por qué lo hace usted?
Siento que nací con ese gusto por expresar con letras lo que siento.                    

¿Lo cultural es parte fundamental de lo creativo?
Creo que si no existiera la convivencia cultural sería difícil crear o reflexionar para hacerlo.

¿Cuál es su mayor fuente de inspiración?
Cuando trabajo me gusta escuchar música, últimamente rock español, hay una ironía diferente en la lírica de los grupos de aquí, en México se enfocan en temas más livianos. Otro foco de inspiración es el trabajo de un artista peruano llamado Elliot Túpac, cuando lo descubrí me dije que se podía hacer algo diferente con las letras que escapase de lo comercial.

¿Sigue algún criterio para elegir con quién trabaja?
Siempre trabajo con las vibras, si me siento cómoda en el primer contacto hago el trabajo. En México me contactó un partido político con el que no me sentía identificada y dije que no.   

Me gusta el volumen y las texturas de su trabajo, me recuerda a una tipografía vintage con un color y estilo muy latino, ¿son dos conceptos que tiene presentes en su trabajo?
Hay un estilo retro que mira a los rótulos que se hacían en Estados Unidos cuando empezó el boom de los rótulos hecho a mano, y también hay guiños a lo latino por razones obvias.   

¿Cómo establece el diálogo entre intuición y reflexión en su obra?
Primero voy hacia lo intuitivo y luego el trabajo se vuelve reflexivo. En mi profesión hay que ir con cuidado, al trabajar con la palabra a veces hay que ser politícamente correcta porque se puede malinterpretar.

Sus obras son muy expresivas, ¿cree que su estilo ayuda a comunicar el mensaje?
Espero que sí, nunca voy a poner una palabra que remita a felicidad con letras negras y estilo gótico, siempre busco que haya cierta coherencia.

¿El buen arte puede estar desvinculado de la actualidad, la realidad y la política?
Creo que todo va relacionado, vivimos en una sociedad politizada. Todo es político.