El cómico valenciano establecido en la Isla Rubén García. | Pilar Pellicer

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Pasta, guita, tela, plata... Dinero. Lo que separa el ser del no ser. Pero, ¿qué es en verdad el dinero? Porque, no se engañe, es mucho más que una unidad de cambio acordada por bienes y servicios. Es la frontera que separa la tranquilidad de la incertidumbre, la felicidad del abismo. Precisamente por eso ha sido, y es, tan importante en cualquier contexto histórico el humor. Porque como el fútbol, la música, la literatura, el cine y otras ‘distracciones’ sirve de opio para el pueblo. El poder del humor es universal y, bien utilizado, tiende a unir a la gente. De ahí la importancia del Día Internacional del Chiste, una efeméride que se celebra este lunes, 1 de julio.

Aunque oficialmente comenzó a celebrarse en Estados Unidos, su origen se remonta a la antigua Grecia, donde ya existía un club dedicado a la comedia, pero no con la finalidad lúdica que le damos hoy, más bien era un formato social para compartir tiempo con amigos y familiares. Desde aquellos tiempos de togas blancas, dioses inmortales y una búsqueda incansable de la belleza, los chistes han sido una herramienta poderosa para romper el hielo en casi cualquier situación. Son simples, directos y universales, por eso fomentan la complicidad entre desconocidos. Pero la raíz de cada chiste, del humor en general, parte de muy variadas fuentes. «Mi humor tiene perspectiva de género y también crítica social. Es narrativo y utiliza mi propia experiencia», describe Alejandra Crai, una de las humoristas de la prolífica cantera mallorquina.

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Alejandra Crai, una de las humoristas de la prolífica cantera mallorquina. Foto:PERE BOTA

¿Realmente es necesario un Día Internacional del Chiste para recordarnos que hay que reír? «Supongo que sí, vivimos en una sociedad atropellada y sobredosificada de información, está bien que nos recuerden que hay que reír pero lo más importante es que pasado este día no se nos olvide», reconoce esta monologuista que de niña «imitaba a Chiquito de la Calzada contando sus chistes». Rubén García, otro de los grandes exponentes de la escena local, se muestra más categórico: «Debería estar prohibido celebrar el día del Chiste, una sociedad que no ríe es una sociedad enferma. Nadie debería recordarnos que hay que reír, porque nadie debería olvidarse de reír». García es un humorista que se describe como «un amante de los textos elaborados y preciso en la técnica del stand up. Intento escribir humor buscando el límite de todas las situaciones, pero siempre desde el respeto». Para el valenciano, «la comedia es una forma de vida, ayuda a sanar las heridas y a desdramatizar los problemas».

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El humorista palmesano Juma Fernández. Foto: PILAR PELLICER

Juma Fernández es el tercero en discordia, para el humorista nacido en Palma «cualquier motivo para promocionar la risa es positivo y necesario. Por desgracia siempre convivimos con acontecimientos negativos y difíciles, como guerras, crisis, no hace tanto una pandemia… La risa es fundamental para sanar nuestro entorno y a nosotros mismos. Por eso creo que se debe celebrar». Fernández, que lleva nueve años haciendo monólogos, centra su angular humorístico en «los asuntos cotidianos que le suceden a la gente, y lo mezclo con humor absurdo».

Injusticia

Preguntamos a los encuestados si el humor, la risa, es el último refugio que nos queda ante la injusticia. «No, creo que la risa es uno más. También nos queda el amor, la solidaridad y la espiritualidad», sostiene Alejandra Crai. Para Juma Fernández el humor «es capaz de hacerte escapar de una realidad difícil y, a veces, dolorosa. Puede conseguir que te evadas, es un escudo contra las injusticias». Ese es, precisamente, el mismo argumento que utiliza Rubén García: «La risa es un escudo contra las injusticias, es una herramienta universal para que cualquiera pueda entender incluso la más compleja de las situaciones».