Carlos Sainz reúne en su casa de Costa de los Pinos a amigos y familiares. | Julián Aguirre

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La familia Sainz siempre ha destacado por su discreción y unidad. La casa que el patriarca, Antonio Sainz, fallecido el pasado año, construyó en Costa de los Pinos ha sido punto de reunión de los Sainz durante más de 50 años.

Un lugar tranquilo donde la familia dedica momentos al relax y su pasión por el mar, saliendo a navegar, pero también de compartir distendidas charlas alrededor de la mesa, donde se reúnen para comer y cenar, en el jardín de la casa. Los compromisos profesionales, especialmente de Carlos Sainz padre e hijo, en el mundo del motor, obliga a que ambos viajen prácticamente durante todo el año. Pero Mallorca se convierte en desconexión y disfrutar de otras aficiones, que padre e hijo comparten, como jugar a golf, cocinar, hacer ejercicio físico o sencillamente a navegar por la costa mallorquina.

El piloto de rallys, Carlos Sainz ha sido durante muchos veranos objetivo de los fotógrafos de prensa, pero los éxitos en Fórmula Uno de su hijo, Carlos Sainz Jr, han hecho que ‘el matador’, pase a un segundo plano del panorama mediático. Protagonismo que nunca ha pretendido la familia Sainz.

Por otro lado, y pese a llevar una vida tranquila, el piloto de la escudería Ferrari, que ha fichado recientemente para la próxima temporada por Williams, acapara el interés de la prensa rosa por su nueva relación con la modelo escocesa Rebecca Donaldson. A la joven pareja se la espera estos días en la Isla donde Carlos hijo pasa con su familia antes de poner rumbo a otro destino, junto a su chica, y tras sus vacaciones volver a los circuitos intentando subirse a lo más alto del podio antes de finalizar su etapa con el    equipo Ferrari.

Estos días hemos podido ver a Carlos Sainz padre junto a familiares y amigos embarcarse en un yate y hacer las labores tanto de marinero, ayudado por su mujer Reyes, desatando cabos, y como patrón, a los mandos de la embarcación. Últimamente Carlos Sainz acompaña en los circuitos a su hijo, observando como ha crecido profesionalmente y en el campeón en el que se ha convertido. En la vida cotidiana, padre e hijo, son además buenos amigos, y muy competitivos, tanto en la cinta de correr, jugando a golf, con en los fogones, aunque en esto último, el hijo supera al padre. Especialmente en la elaboración de platos italianos.