Aceras rotas a las que llega un carril bici y carteristas en Palma

Dicho lo cual, pasemos a otros dos temas que el ciudadano de a pie sufre diario. Uno, el mal estado en que se encuentran muchas de las aceras de Palma, tanto del centro como del extrarradio. Lo decimos porque la otra tarde, caminando por la acera que hay en  Comte de Sallent, entre 31 de Decembre y Blanquerna, vimos que varios de los ladrillos que la configuran o estaban rotos, o tan despegados del suelo, que cuando los pisabas, o tropezabas contra ellos, tenías la sensación de que estabas haciendo surf debido a lo mucho que se balanceaban, sobre todo el que está enfrente de la puerta de la tienda que vende audífonos.   

Otro tema importante que nos preocupa de la misma zona es el carril bici de la calle peatonal, la de Blanquerna que, además de que discurre por una zona peatonal, lo hace también a escasos centímetros de las terrazas de los bares, lo cual es un peligro, sobre todo para los que están sentados en ellas.

Eso por una parte, pero por otra, en dicha calle, vive gente mayor, algunos utilizando el taca taca para caminar y también algunos que cruzan sin mirar. Como es una calle peatonal, piensan,    y entonces a veces, ¡zasca! Golpe que se lleva de un patinete o de una bici. Y luego, qué. ¿Tiene seguro el patinete? Y tras el atropello, se detiene el del patinete?

Pero es que hay más: dicho carril bici termina en una acera por la que transitan muchos peatones, y la mayoría, vayan en bici, vayan en el patinete, siguen por ella. Entonces, nos preguntas si es legal que un carril bici que discurre por una calle peatonal, muy transitada dicho sea de paso, termine en una acera. Porque tenemos entendido que si en esa acera no hay carril bici, la bici o el patinete no pueden circular por ella. Y ahí siguen circulando, sorteando viandantes, o viandantes sorteándolos a ellos. Mientras, el Ajuntament tampoco hace mucho al respecto.

Robos

Recibo la llamada de un palmesano que me dice que tenga cuidado con los rateros, o lo que es lo mismo, con los despistados, que ya los hay por todas partes, sobre todo en lugares donde se concentra mucha gente, como terrazas de conocidos bares,    señalando una determinada zona del centro, en cuyas terrazas suelen haber muchos turistas, en las que –sigue contándonos el confidente palmesano– , «estando yo en una de ellas, veo que con disimulo uno que pasa por allí, que seguramente habrá estado observando, coge el bolso que la clienta tenía en la silla de al lado, que estaba vacía, y echa a correr a toda velocidad. Cuando ella se da cuenta, y quiere reaccionar, el tipo ha desaparecido.

Un caso similar me lo comenta la mujer cubana que desde hace más de un mes ha convertido los escalones de un convento de monjas que hay cerca de la Rambla en su casa,    a la espera de que las autoridades competentes –el Ajuntament, donde, según dicen, están en ello– le busque un techo y le indiquen cómo, y dónde, puede solucionar, administrativamente, su situación como ciudadana legal. Pues bien, dicha ciudadana sin techo, nos contó que un vecino de los escalones en los que vive le pagó la comida, y se fue a buscarla a una de esas terrazas. Al poco rato, vio una mano que trataba de quitarle el bolso, pero ella fue más rápida. «Me dio la impresión de que era árabe y que no era muy mayor», nos dijo. Y lo peor, que el tipo se quedó en la acera, casi enfrente de ella, como amenazándola con la mirada.

Otro caso. La semana pasada, iba caminando por una calle de Palma, a escasos metros de la plaza de Cort , cuando veo que una extranjera, que seguro viajaba en uno de los trasatlánticos amarrados en el Dique del Oeste, está que se acuerda de todos los muertos de alguien, porque menudo cabreo tenía la señora. Pero con razón, ya que le habían abierto el bolso y se había llevado la cartera. Y es que como en ese lugar, los días de trasatlánticos están petado de turistas, el carterista hace su agosto, y nunca mejor dicho, metiéndose entre el tumulto, para, hábilmente, birlar la cartera del que sea. Y es que tampoco, ni ahí, ni en los alrededores, hay policía que vigile. Bueno, sí la hay en la puerta de Cort, pero en esa zona los ladrones no actúan. Por tanto, a falta de vigilancia, cuidado de dónde dejas el bolso cuando te sientes en una terraza, o si pasas en día de trasatlánticos por la zona comprendida entra la Seu y la plaza de Cort.

Gala benéfica

Sedi se pone en contacto con nosotros para decirnos que ha organizado el desfile de moda a beneficio del Club Elsa, desfile que, bajo la denominación de   Mujeres reales en pasarela, se celebrará el viernes, 30 de agosto, a las 20.00 horas en el Hotel Artmadans. La entrada costará 5 euros por persona (que dará derecho a una copa), de los cuales, la organización donará 2,5 euros al citado Club.

Nos cuenta Sedi, que en este desfile –al que ella denomina Mujeres reales Sedi’Girls–, participarán modelos, misses y señoras y señoritas, algunas de ellas pertenecientes al mundo de la política y del Arte, que lucirán prendas de la colección Atrévete y brilla, de la firma Staly’s Mallorca, «y que al final del desfile –añade–, quienes lo deseen podrán adquirir las prendas de dicha firma, con excelentes descuentos, y que el 30% de lo que se consiga a través de las ventas se entregará también al Club Elsa.    A lo largo de la velada, añade Sedi, habrá rifas y exclusivos regalos, y como no podía ser de otro modo, también habrá música en vivo con la actuación de la cantante María Zanoguera, que invitará a los asistentes a bailar», finaliza.