Anastasia Belus inauguró ayer, junto a su pareja, la galería de arte Nose Gallery donde exponen artistas ucranianos y locales. | Teresa Ayuga

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La historia de Anastasia Belus (Kiev, 1987) es, sin duda, una de esas que no debe quedar en el olvido. La ucraniana de 37 años escapó de Odessa, donde se encontraba durante el asedio de la ciudad, junto a su madre y a sus dos gatos en el coche que, a día de hoy, sigue conduciendo por las carreteras de Mallorca. Hace un año llegó a la Isla gracias a su gran gusto por la pintura, pues es además licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Londres. Y ayer inauguró con su pareja, el mallorquín Martín Vives, una galería de arte bajo el nombre de Nose Gallery, en la calle Francesc Martí i Mora, 6.

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Anastasia es una artista en todas sus facetas, desde la pintura hasta la escultura. Incluso se atrevió en su día con el arte de la arquitectura, ya que su pasión viene de ahí: «Mi padre es arquitecto, de hecho cursé los dos primeros años de la carrera». Además, es licenciada en historia del arte y cursó un máster en esta disciplina en la ciudad de Londres. Un concurso del Ajuntament de Calvià para pintar un mural en la urbanización de El Toro la trajo a Mallorca en septiembre de 2023. Y acabó fijando su residencia en la Isla, en la que ya tenía un círculo artístico de amistades.
Antes de instalarse en Mallorca, la ucraniana ya había visitado la Isla hacía diez años. «Es un lugar mágico», comenta Anastasia. La mujer es toda una trotamundos: vivió once meses en la Costa del Sol y residió trece años en la capital británica.

Anastasia cuenta que se encontraba en la ciudad de Odessa trabajando en varias galerías de arte cuando la guerra estalló en su país. «Crucé toda Europa con mi coche junto a mi madre y a mis dos gatos. Mi madre había venido a visitarme desde Londres, donde residía», recuerda la artista. Describe Odessa como una ciudad fantasma: «No había ni un alma por la calle». Además añade que en la frontera había muchos niños y personas con mascotas intentando salir del país.
Respecto a su familia, solo su padre permanece en Kiev, la capital ucraniana: «Se niega a irse del país». Pese a la avanzada edad de su progenitor, este pretendía luchar en el frente, como bastante gente mayor allí, según explica Anastasia. En la actualidad, la artista mantiene contacto con su padre: «No quiere que vuelva a Ucrania, allí ya no hay futuro». Según las ultimas noticias que ha recibido de él parece que las cosas se han calmado un poco, pero el peligro continua presente en las ambiente.