Imagen de Suthida, reina de Tailandia, este lunes en Puerto Portals, donde se celebran las 52 TP Series. | MAR C0ELLO

TW
7

Las reinas no llevan coronas, fuera de palacio, sino gorra y gafas de sol, como las estrellas de Hollywood. Así apareció este lunes a mediodía la reina consorte de Tailandia, Suthida, quien horas antes de llegar a Puerto Portals aterrizó en Mallorca con un espectacular séquito, entre personal de confianza y fuertes medidas de seguridad.

Suthida ha viajado hasta la Isla para apoyar al equipo tailandés que participa en la 52 Super Series, que comienza hoy en Puerto Portals, con 13 embarcaciones participantes de nueve nacionalidades diferentes como Alemania, Brasil, Estados Unidos, Francia, Hong Kong, Inglaterra, Sudáfrica, Tailandia y Turquía. Unas jornadas donde el espectáculo y la emoción están garantizados en aguas de la bahía, y en tierra los preparativos y ambiente náutico inundarán a los visitantes que quieran disfrutar de estas impresionantes regatas, consideradas como la ‘Fórmula 1’ del mar.

La reina de Tailandia Suthida es la primera vez que pisa Mallorca y tiene previsto, además de apoyar a su equipo de regatas, visitar la Isla. Aprovechar su estancia para empaparse de la cultura y la gastronomía. Protegida del sol, con una indumentaria náutica, Suthida, se mostró muy simpática y sonriente a su llegada a la marina de Portals.

Sin problemas de jet lag, la hoy reina de Tailandia fue la pareja no oficial del rey Rama X hasta que el 1 de mayo de 2019, por sorpresa, el monarca anunció, tres días antes de protagonizar su coronación, que había contraído matrimonio con esta joven, exazafata y nombrada después subcomandante de la unidad de guardaespaldas del rey y general del ejército, que era casi una desconocida para los tailandeses. Actualmente, es la imagen moderna de una de las monarquías más ricas del mundo.

En plena crisis por el coronavirus, el rey Rama X decidió saltarse todos los protocolos y cualquier actitud ética o moral con su pueblo y refugiarse en un lujoso hotel en Alemania. Allí se encerró durante meses con un harén de 20 mujeres. En el caso de la reina Suthida se fue a la localidad suiza de Engelberg, lejos del rey.