Pese a los días transcurridos del incendio de contenedores, la furgoneta quemada, uno de los daños colaterales del mismo, sigue estando ahí. ¿Hasta cuándo? | Click

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Una vecina de la plaza Remigia Caubet, en Palma, que se llama Amal Saber nos avisa sobre varias cosas. La primera es para decirnos que los vecinos de la misma calle están  estupefactos tras el incendio de los contenedores, en el que ardió una furgoneta que estaba aparcada allí. Furgoneta que terminó, sino para el desguace, sí para su reconstrucción total, como pueden ver echando una mirada a la foto de la derecha.

Y decimos que los vecinos están estupefactos no solo por el incendio en sí, sino porque, habiendo transcurrido bastantes días desde que se produjo, el coche quemado sigue ahí, inamovible, con la particularidad de que llegó Emaya, retiró los contenedores quemados a los que sustituyó por otros en buen estado, por lo cual, los que viven o pasan a diario por ese lugar, alucinan.

Y para colmo, los vecinos tampoco están de acuerdo con que algunos vecinos, en vez de dejar la basura en el interior del contenedor, la depositen sobre la acera. Así que con el calor que hace los olores a diestro y siniestro. En fin, increíble, pero cierto.

Entonces, la pregunta que hacemos es la siguiente: ¿Van a dejar el coche ahí, como testimonio de que en Palma hay pirómanos? O ¿van a obligar al dueño del coche a que lo quite de ahí? Porque lo que no es de recibo es que el coche quemado siga estando en ese lugar. Por tanto, ponemos la cuenta atrás en marcha a ver cuánto tardan en subsanar esta cuestión. ¡Que ya toca! Así que luego, «a quien corresponda», que no se queje de que insistimos e insistimos.

Tigre, el gato perdido

La segunda cuestión que plantea Amal, la vecina    que nos envía lo del coche quemado,    es que alguien de la citada calle, o colindantes con ella, hace unos doce días, ha secuestrado a su gato, que se llama, como no podía ser de otro modo, Tigre –basta, sino, ver cómo es en la foto–, un gato que como vivió durante un tiempo en la Colonia Sant Pere, está acostumbrado a salir.

Él es Tigre, y su dueña le busca.

«La otra noche,    mi hijo, que vino a casa con un amigo a jugar con la PlayStation, dejó la puerta abierta y el gato salió a dar un vuelta. Pero esta vez no volvió. Como hace unos meses también me lo robaron, tras preguntar y protestar por ello, me lo devolvieron. Por eso pido al que lo tenga, porque seguro que al gato me lo han secuestrado, que me lo devuelva y aquí no ha pasado nada. Mientras tanto, no voy a parar hasta encontrarlo», explica esta vecina, desolada.

El tiempo pasa

Cambiando de tema, les cuento    que hay que ver cómo pasa el tiempo, ¿eh? Lo digo porque a Joan Barceló Fullana, conocido como Barcelómixer, lo conocí cuando era un crío camino a la adolescencia, cuando, de vez en cuando, me pasaba por la casa de sus padres, el doctor Tomeu Vidal Arcas y Victoria Fullana, hermana de los hermanos    Fullana, actores –Pometes Teatre– y propietarios del Teatre de Campos.

Joan, cámara de IB3 y mezclador de vídeos en ‘Cinc dies’, es artista. ¿Lo último que ha hecho?    Un retrato a Marcus Cooper.

Y digo que pasa el tiempo rápidamente, porque aquel chavalín es hoy un adulto –va a cumplir 36 años–, y su profesión nada tiene que ver con la de sus padres – que su padre es médico y su madre, escritora–. Ni con la de sus tíos, pues Joan BarcelóFullana, tras haber estudiado la carrera de Comunicación y Audiovisuales, es mezclador de vídeos del programa Cinc dies, de IB3, y cámara en los partidos de fútbol que transmite o resume dicha cadena. ¡Ah, bueno! Y es también artista, pintor, cosa que en su adolescencia, a través de los dibujos que hacía, se veía claramente que el arte, y más concretamente la pintura, podría ser unos de los caminos a seguir. Que ha seguido en su tiempo libre y lo ha hecho con éxito, pues sus pinturas atraen, según hemos podido ver, lo cual hace que su mami no quepa de gozo, y con razón. Y por lo que veo, se le dan muy bien los retratos, seguramente por ese toque personal que les da. Por cierto, uno de los retratos es del olímpico mallorquín, Marcus Cooper, «a quién se lo entregará esta semana», nos dice la madre. Pues, ¡felicidades, Joan! Sigue con tu trabajo en la tele, pero no olvides al artista que llevas dentro.