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Maletas, autocares, grúas y un yate. Una decena de aviones, varias sombrillas, gafas de sol y un muñeco de Playmobil haciendo balconing. Excavadoras, toboganes acuáticos y palas de tenis playa... Estos son algunos de los elementos que se encuentran en la escultura que Cristina Ginard (Artà, 1981) instalará el próximo mes de septiembre en el IES Capdepera, instituto del que es jefa del departamento de Artes Plásticas, además de ser la responsable de coeducación.

L’indigest malson del turisme es, según su autora, «una escultura para mirar despacio. Está formada por pequeñas historias y cada personaje tiene un mensaje que los mallorquines entendemos perfectamente». Esta acción artística se enmarca en un proyecto de coeducación con el objetivo de «provocar reflexiones profundas en los alumnos de una manera directa y fácil».

Detalle de la escultura ‘L’indigest malson del turisme’ se instalará en el IES Capdepera. | C.G.
CaptionDetalle de la escultura ‘L’indigest malson del turisme’ se instalará en el IES Capdepera. | C.G.
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La profesora del IES Capdepera continúa describiendo su creación al explicar como «las patas de la mesa que ‘vomita’ todo el contenido están cubiertas por terrazas desde las cuales un muñeco hace balconing y el cuerpo del mueble está forrado con los logos de las empresas que más provecho sacan de esta situación: desde plataformas digitales de alquiler turístico a empresas hoteleras, rent a cars o inmobiliarias».

Símbolos

Cristina Ginard mantiene que «utilizar mesitas de hotel para crear esta escultura le da a la obra una potencia simbólica importante. El hotel ha sido siempre el símbolo más icónico del turismo de masas. Siempre había sido un símbolo, aunque desde hace unos años el alquiler vacacional ha ganado mucho peso» y añade que «uno de los mayores errores fue democratizar el turismo en el sentido de que cualquier mallorquín puede ‘jugar’ a ser un hotelero. Ha sido un problema enorme porque hemos regalado lo último que teníamos: ca nostra. Renunciamos en su momento al idioma, a las costumbres, a las raíces y lo que nos quedaba era nuestra casa. La hemos perdido. Muchos jóvenes y no tan jóvenes ya no se pueden permitir una».

Un muñeco de Playmobil realiza balconing. | C.G.
Un muñeco de Playmobil realiza balconing. | C.G.

La artista sintetiza el mensaje de su escultura con la siguiente reflexión: «La promesa que nos vendieron de que el turismo nos salvaría la vida se ha vuelto en un vómito indigesto; tanto en saturación como en colapso y esto ya no es soportable».