Llega Fabulosso con Ojete Calor y Ladilla Rusa.

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Con la llegada de septiembre, toca decir despedirse de los conciertos de verano y de las noches de música al aire libre. Pese a todo, todavía quedan algunas semanas más de diversión. Un ejemplo de ello es Fabulosso, que llega este sábado 14 de septiembre al Trui Son Fusteret de la mano de dos de los grupos de electropop más conocidos del panorama nacional: Ojete calor y Ladilla rusa. También estará en cartel el DJ mallorquín Jaime Colombás, que será el encargado de terminar la fiesta con sus platos de remezcla.

Ojete calor es un grupo de synthpop, fundado en el 2005, que se autodefine como subnopop. Sus letras, paródicas y que a veces rozan el humor absurdo, se han convertido en éxitos como 'Viejoven', canción en la que abundan las referencias a la cultura pop; desde la película Baby Jane, protagonizada por Bette Davis y Joan Crawford, hasta Michael Haneke, que aparece referenciado por su filme Amor. Toda esa cultura pop, junto a grandes dosis de humor surrealista, desfila por las letras de este dúo formado por los actores Carlos Areces -premio Sant Jordi de interpretación- y Aníbal Gómez, que comenzaron formando parte del reparto de la recordada serie 'Muchachada nui'.

Por su parte, Ladilla rusa es otro de los grupos que, junto a sus compañeros de cartel Ojete calor o Las bistecs, se enmarca en ese resurgir de la canción paródica y humorística. El dúo, compuesto por Tania Lozano y Víctor Fernández Clares, se hizo conocido por su canción Macaulay Culkin, en la que hablan del famoso actor que encarnó al niño de Solo en casa. Otro de sus éxitos es 'Kitt y los coches del pasado', canción en la que narran una historia delirante en la que un coche realiza los recados de su propietario hasta que se desvela la realidad del asunto; Josemari, el dueño, lo que desea es llamarse Marivi.

Según los organizadores de Fabulosso se trata de «un acontecimiento con mucho colorido, una experiencia musical electropop realmente indefinible, melodías amables, absurdas, salpicadas con sonidos abruptos en una vertiente musical nunca antes surcada por los hombres, un concierto para que aparezca tu versión más golfa y desenfrenada, mezcla de sintes, guitarras, ritmos industriales y hasta castañuelas ofrecen un resultado sonoro apasionante pero difícil de etiquetar», señalan desde Trui.