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Detrás del personaje, detrás del polemista omnipresente que durante varias décadas reinó en los platós de los programas del corazón se escondía una persona culta, entusiasta y, ante todo, un periodista de raza. Esa es la conclusión que se desprende tras entrevistar en el día de su muerte a varias personas que trataron de cerca a Jimmy Giménez-Arnau durante el lustro que vivió en Mallorca.

Recién separado de María del Mar Martínez-Bordiú y Franco, este personaje licenciado en Derecho y Periodismo recaló en Mallorca a finales de la década de los 70. Allí formó tándem con el reportero de este periódico Pedro Prieto donde se convirtieron en los principales activos del periódico vespertino La Tarde.

La etapa mallorquina del mediático Jimmy Giménez-Arnau
Imagen de Jimmy Giménez-Arnau y Pedro Prieto ataviados como vagabundos para un reportaje en el primero número de 'La Tarde' en la etapa mallorquina del escritor y periodista fallecido.
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Prieto recuerda que «era una persona muy abierta, muy campechana pero tenía la mecha corta. Yo al principio pensaba que era el típico pijo por ser familia de Franco, ser escritor… pero no. Escribía muy bien y era muy satírico. Cuando llegó se instaló en una casa del Port d’Andratx y allí fundó una cadena de radio que se llamó Onda Blumini. Gracias a eso lo conocí».

En La Tarde los dos vivieron innumerables peripecias. Una de las más sonadas fue cuando «estrenamos el primer número con un reportaje en el que nos fuimos los dos a pedir limosna a la puerta del Obispado. Yo llevaba una maleta grande como si fuese Paco Martínez Soria y al cabo de un rato vino la policía y nos echó. Luego fuimos a hacer lo mismo a la iglesia de Sant Miquel. Él se acercaba a la gente a pedir una moneda y yo me partía de risa. Entonces apareció la misma pareja y allí sí que nos reconocieron. Empezamos a reír y acabamos tomándonos los cuatro una cerveza en un bar de la calle Primavera».

«De hecho, llegamos a celebrar la Nochevieja juntos con mi mujer», zanja Prieto.