El Aeropuerto de PMI está llevando a cabo una profunda remodelación de sus instalaciones, y con ella pretende alinearse con los objetivos de sostenibilidad y eficiencia establecidos en el Plan de Acción Climática de Aena 2021-2030. Esta ambiciosa reforma busca mejorar la infraestructura aeroportuaria y la experiencia de los pasajeros, así como reducir el impacto ambiental de sus operaciones, convirtiéndose en un referente de la aviación sostenible a nivel europeo.
La remodelación incluye una serie de actuaciones diseñadas para optimizar el uso de recursos, reducir las emisiones y fomentar el consumo de energía limpia. Una de las medidas más destacadas es el incremento de luz natural en las áreas de mayor tránsito, como las conexiones con los módulos A y D. Esta apuesta por aprovechar la luz natural no solo reduce la necesidad de iluminación artificial, sino que también crea un entorno más agradable y confortable para los pasajeros.
En el exterior, se ha creado una nueva área dedicada al transporte público colectivo, situada en la zona de llegadas. Con esta infraestructura se optimiza la operativa de la EMT y el TIB, dos de los principales servicios de transporte público de la Isla, facilitando un acceso más fluido y eficiente al aeropuerto. Esta medida, además de mejorar el servicio al usuario, reduce la congestión y contribuye a disminuir las emisiones de CO2 al promover un mayor uso del transporte colectivo en lugar del vehículo privado.
Otro pilar de esta remodelación es la apuesta por las energías renovables. En línea con los objetivos de Aena de promover la autosuficiencia energética, se van a instalar paneles fotovoltaicos en las marquesinas de cubierta del aparcamiento público y de varios aparcamientos del aeropuerto. Estas nuevas infraestructuras permitirán al aeropuerto generar parte de su consumo eléctrico de forma limpia, reduciendo su dependencia de fuentes externas y disminuyendo su huella de carbono.
Pero el compromiso del Aeropuerto de Palma de Mallorca con la sostenibilidad no se queda ahí. Una de las reformas más significativas es la construcción de ocho nuevas pasarelas de embarque (fingers), que eliminan la necesidad de utilizar autobuses para el traslado de pasajeros entre la terminal y el avión. Esta medida, además de mejorar la experiencia del viajero, supone una notable reducción de las emisiones de CO2 y optimiza la eficiencia operativa del aeropuerto. Asimismo, todas las nuevas áreas que están siendo construidas se equiparán con sistemas de climatización de última generación, diseñados para minimizar el consumo energético sin sacrificar el confort. En paralelo, se está llevando a cabo la sustitución de los equipos de climatización existentes por alternativas más eficientes y sostenibles.
También se ha priorizado la instalación de iluminación LED en las zonas de nueva construcción, y progresivamente se está reemplazando la iluminación tradicional en el resto de las instalaciones, lo que permitirá reducir el consumo eléctrico en iluminación del aeropuerto en un 40%. Estas reformas se están ejecutando bajo un estricto respeto por el entorno natural, asegurando que ninguna de las actuaciones tenga un impacto negativo en la biodiversidad local. Cada proyecto se ha diseñado y desarrollado con un enfoque de mínima interferencia, preservando así los ecosistemas aledaños al aeropuerto.
La transformación del Aeropuerto de Palma de Mallorca forma parte del compromiso de Aena con el desarrollo de una infraestructura aeroportuaria más sostenible. Estas iniciativas están perfectamente alineadas con el Plan de Acción Climática de Aena, cuyo objetivo es alcanzar, para las emisiones propias, la neutralidad de carbono para 2026 y las cero emisiones netas en 2030. Este plan se centra en la reducción de las emisiones de Alcance 1 y 2 -aquellas bajo el control directo del aeropuerto- y en la colaboración con aerolíneas y otras partes interesadas para minimizar el impacto de las emisiones de Alcance 3, como las generadas por los vuelos y los servicios de asistencia en tierra.
En definitiva, la remodelación del Aeropuerto de Palma de Mallorca no solo representa una mejora en la infraestructura y la experiencia del pasajero, sino que también sienta las bases de una operación más eficiente y sostenible, contribuyendo significativamente a la lucha contra el cambio climático.