Joaquín Vergés, Maribel García, Araceli Muñoz, Javier Martínez y Gabriel Marcomini durante el taller. | Jaume Morey

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La imaginación siempre traspasa fronteras. Con esta filosofía, la Asociación Bipolar de Mallorca ofrece desde hace tres años un taller de improvisación teatral para pacientes de esta enfermedad. En él la media docena de usuarios además de encontrar un espacio de creación y libertad hallan un grupo donde compartir sus vivencias, miedos e impresiones de todo lo que sucede en su interior y en el mundo en el que habitan.

Desde una sala de la sede de la Asociación Contra el Cáncer de Palma, el actor y profesor Gabriel Marcomini explica que «lo más maravilloso de esta experiencia es que aquí no existe el error. Es imposible equivocarse y esto permite liberarnos. El teatro, independientemente, del contexto tiene el poder de transformar. Si bien jugamos a través de una historia inventada, también trabajamos una gran cantidad de conceptos, actitudes y aptitudes que tienen que ver con permitimos dejar que las emociones se muevan».

La Asociación Bipolar de Mallorca está activa desde el año 2003 «aunque antes nos reuníamos en bares porque no teníamos un lugar fijo», explica su presidenta, Araceli Muñoz, y añade que «a mi me ha ayudado muchísimo para quitarme miedos, seguir adelante y ver la vida de otro color».

«Es en estos pequeños lugares», finaliza Marcomini «donde todas las licencias narrativas están permitidas y todos nos homogeneizamos a través del juego y la creatividad. La experiencia que vivimos aquí siempre es liberadora y positiva».