Un ejemplo reciente y cercano ilustra este problema de manera alarmante. Caminando con mis hijos por el mirador, nos cruzamos con una familia argentina en un estado de angustia total. Les habían robado sus pasaportes, su cartera y dinero en un hurto tan silencioso y profesional que solo se percataron después de alejarse un poco.
La desesperación de esta familia no era solo por la pérdida material. Su vuelo a Italia estaba programado para la mañana siguiente y con los consulados y las embajadas cerrados por el fin de semana, su viaje de vacaciones se convertía en algo así como una pesadilla burocrática y financiera.
Movidos por la situación, decidimos ayudar, por lo que comenzamos a buscar entre las rocas del mirador. El hallazgo fue impresionante: más de veinte documentos y pertenencias de otros turistas de distintas nacionalidades yacían allí, abandonados, evidenciando que este no era un incidente aislado, sino parte de un problema recurrente y sostenido en el tiempo.
Llamamos a la Policía Local de Pollença, solo para recibir la noticia de que, debido a la falta de personal, era imposible enviar a nadie al lugar. Nos sugirieron dejar los objetos recuperados en el puesto de bebidas al inicio del camino, dejando la responsabilidad en manos de un establecimiento sin ningún tipo de vínculo oficial con la seguridad pública.
La situación es alarmante ¿Es posible que un lugar de tanto atractivo turístico no cuente con una infraestructura mínima de seguridad? Solo unas cuatro cámaras discretas, disuasorias, y un servicio de internet podrían marcar una gran diferencia. La inversión en total no superaría los 8.000 euros, incluyendo la instalación en altura y un sistema de monitoreo básico. Sin embargo, la decisión depende de la aprobación de las autoridades locales.
Es hora de pasar a la acción para proteger a quienes visitan estos lugares y mejorar la experiencia turística. No podemos permitir que estos problemas queden desatendidos y si es necesario, buscaremos fondos y colaboración para lograrlo.
Esta información nos la pasa el ciudadano Diego Huerta, vecino de Palma, que una tarde fue a mostrar tan maravilloso lugar a su hijo. Efectivamente, es bueno que reorganicemos el turismo en la Isla. O mejor que lo ordenemos y así saldremos todos ganando, sobre todo en calidad.
La mejoría se vería incrementada si encima somos capaces de evitar robos tan descarados, a mansalva y a plena luz del día, como estos. Por tanto, urge tomar medidas de seguridad y más estando el lugar bien localizado. No valen excusas, pues.
10 comentarios
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Disfrutad lo votado , en vez de médicos e ingenieros vienen carteristas y ladrones . Esté buenísimo nos esta llevando a la ruina .
Formentor. Ladrones urbanisticos. Pollença vergüenza.
Lo que se espera no es mejor
Hay un robo que se repite a diario en Formentor durante todo el verano, prohibir el acceso a los ciudadanos si no es pagando un autobús. Y es un robo legal.
Todas las leyes en España están para defender al delincuente: Carteristas, asaltadores, okupas, ministros, políticos, ..... y dejar al pobre ciudadano honrado a los pies de los caballos.
Disfruten lo votado.
No nos protegen….pasan de nosotros….. los ladrones ,ocupas etc. tienen más derechos que el ciudadano honrado…..
Además del mirador de Formentor de muchos robos, investiguen la cantidad de robos en los mercados semanales de martes y domingos en Alcúdia, la cantidad de carteras robadas es infinita y además llevan así muchísimos años, y por culpa de nuestros impresentables políticos y las ridículas leyes, no se es capaz de parar este grave problemas que se da por toda España especialmente en las zonas turísticas, sinceramente es increíble que con estas bandas especiales rumanas no se pueda hacer nada absolutamente, la imagen que damos turística es patética
Pero aparecieron los documentos de la familia argentina??? Deberían avisar en los consulados de a dónde vienen... Al paraíso (de la delincuencia).
Con la basura de gente que hemos dejado entrar en las islas no me extraña que sucedan estos actos delictivos.