Este año el Ajuntament de Palma ha incrementado su inversión en este sentido al aumentar la partida dedicada a este concepto. Ha destinado un total de 526.281 euros al suministro y montaje de un alumbrado que ha multiplicado por diez la extensión al pasar de 4,6 kilómetros a 59,8.
En cuanto al número de módulos navideños estos se han incrementado desde los 374 a los 802 en un año y la potencia eléctrica de las instalaciones ha pasado de 5.753 a 32.753 kilovatios.
Miquel Rosselló es el presidente de la Asociación de Vecinos de la Calle Jesús. Rosselló explica que «hace 16 años que vivo aquí y en nuestro barrio nunca habíamos tenido luces de Navidad. Siempre pedíamos que el Ajuntament pusiera cuatro o cinco puntos y este año han puesto las luces que más nos gustaban para rodear los árboles y ha quedado precioso» y añade que «se trata de un tramo importante de la calle y como la copa de estos 50 árboles más o menos se juntan en la parte de arriba crea una sensación de túnel muy bonita. La verdad es que estamos muy contentos; la gente se hace fotografías con el móvil y nos lo comentan bastante».
Una nueva época
Al igual que los regalos, las cenas pantagruélicas o el premio del Gordo, las luces de Navidad, si-empre presentes, han ganado popularidad a pasos agigantados en la última década para convertirse en uno de los emblemas de esta época del año. Su progresión, si hablamos de Palma, ha sido vertiginosa si nos retrotraemos en el tiempo al pasar de escuetos alumbrados con estructuras humildes a un montaje mucho más ambicioso y estético como demuestran las fotografías que ilustran este reportaje. En Palma se ha hecho la luz.
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