El restaurante King Wok fue el escenario de la cena de la entrada del nuevo año chino –para ellos es el año 4723–, año de la serpiente, año que tiene que ver con la sabiduría, la elegancia y la innovación.
Invitados por el propietario del local Wenmin Ye, asistieron más de 150 personas, entre las que vimos a la concejal María Luisa Marqués, responsable del Área de personas Mayores e Interculturidad; su hermana, y colaboradora suya, Jerónima, presidenta de la Federació d’Associacions de Persones Majors de Palma; a Francisca Sampol, directora general de Interculturalidad de Cort, con su marido, a Toni Ferrer, director del Hotel Valparaíso; a Allen Chen, director del GPRO, al que pertenece el citado hotel; al empresario de hostelería Juan Cabrera; al también empresario alcudiense, Manolo Hernández; Juan Lladó, empresario del sector de la construcción; representantes de otros restaurantes chinos, como Isabel, de La cocina china, Yin Wen Jun-, del Luna de miel, del Port de Pollença, así como el presidente y directivos de la asociación ACHIB (Asociación de Chinos de las Islas Baleares).
Imagen de Juan Cabrera haciendo entrega de un premio.
También vimos entre los invitados no chinos a Sedi, posiblemente su primera salida tras el fallecimiento de su marido –y es que la vida tiene que seguir... Por eso, ¡muchos ánimos, amiga!–; al guionista de la película Pierdo la fe, que en unas semanas se comienza a rodar en la Isla, en la que la música y el amor se mezcla con el misterio, pues se trata de un trhiller musical, en el que intervienen cantantes de la Isla, como Jaume Anglada, Caterina Ross, Marta Ferrer, Ruenda, Juds Artacho, etc. Por cierto, que estos tres últimos, Marta, Ruenda y Juds estuvieron amenizando la cena con sus canciones, que el público agradeció con aplausos, mientras en el pantallón se ofrecían imágenes de pruebas con actores –entre ellos Manolito de Teba– que se habían estado haciendo para dicha película, cuyo rodaje dará comienzo en marzo.
En cuanto a la cena en si, fue exquisita y abundante, tanto que cuándo pensábamos que habíamos terminado, llegaban los camareros con bandejas con otros platos, cosa que hicieron dos o tres veces. ¡Ah!, bueno... Como no podía ser de otro modo, no faltaron el desfile de dragones, cosa que sucedió en los prolegómenos de la velada, en lo que los asistentes iban ocupando sus sillas en torno a la mesa, ni tampoco los campei, o brindis, siendo los promotores de los mismo, al menos en la parte en la que nos encontrábamos nosotros, la citada Isabel, de La cocina China y el propietario del King Wok.
El propietario de King Wok, Wenmin Ye, haciendo un ‘campei’, o brindis chino.
Ni que decir tiene que el campei es la forma tradicional de desear lo mejor a los demás, y más en una fecha tan señalada como esta, pero... ¡Ojo!, abusar del campei (en chino, copa seca; o lo que es lo mismo: beberse de un trago todo el contenido de la copa de vino), que en una noche como esa la velada puede alargarse, por lo que pueden haber muchos brindis.. Pues igual pillas una que ni te das cuenta. (Por fortuna, esa noche, todos salimos tal como entramos, en posición vertical, sin tambaleos a derecha e izquierda).
Por último se dio paso al sorteo de regalos, entre otros secadores de pelo, calentadores de agua, botellas de vino y turrón, tres jamones, uno de ellos 5J, estancias en el hotel Valparaíso, dinero en efectivo, obras de pintores conocidos, como Gustavo, Maraver, Mesas, Pedro Vaquer... ¡Ah bueno!, antes de comenzar la cena, todos de pie, escuchamos los himnos nacionales de China y España, este con música y letra, ambos aplaudidos al final por los asistentes.
Toni Ferrer, del hotel Valparaíso dio dos premios de dos estancias en el hotel.
Hay que decir también, que los invitados a la cena de Año Nuevo chino, entrando en el restaurante, fueron obsequiados con un foular de color rojo, que lucieron durante toda la velada. Pues... ¡Bienvenido sea el año de la serpiente! Que sea, sobre todo, bueno para todos.
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La comunidad china es un claro ejemplo de convivencia e integración en nuestra sociedad. Todo lo contrario que los del magreb.