¡Ah, el amor! Esa fase en la que todo es mística y predestinación astral; cuando la vida se torna rosácea y los problemas desaparecen con una sonrisa. Estar enamorado es una fiesta con serpentinas, risas y estribillos pegadizos. Por eso, si Cupido le atravesó el corazón San Valentín es su día. Hoy, entre ramos de flores y cajas de bombones le proponemos un plan de manta y sofá protagonizado por cuatro historias de rompe y rasga, cuatro títulos recomendados por el cineasta Toni Bestard, la actriz Clara Ingold y un dúo que, como los Beach Boys, destila buenas vibraciones: Carolina Cerezuela y Jaume Anglada. A caballo entre la comedia romántica, el melodrama clásico, la épica desmedida y el musical más excesivo, el streaming se viste de rojo para celebrar el día de los enamorados.
Ganó cinco premios Oscar, aunque eso en una obra de estas dimensiones es lo de menos. Porque El apartamento (1960), la historia de amor predilecta del director de cine mallorquín Toni Bestard cuenta, probablemente, con uno de los mejores guiones del cine (cada frase es gol). El amor como salvación, pero también como herida profunda, inconsolable, es el núcleo de este clásico de Billy Wilder que habla también de recuperar la dignidad perdida a través de un romance con tintes tragicómicos, en el que Jack Lemmon y Shirey MacLaine se exhiben en uno de los momentos más dulces de su carrera. Para Bestard, esta «no es una comedia romántica al uso, es una historia de amor algo patética y agridulce absolutamente maravillosa». Wilder concibió una película que hubiera estremecido al mismísimo dueño del Rick’s Cafè.
La actriz Clara Ingold tiene clara su apuesta para San Valentín. Y es a caballo ganador: Leyendas de pasión. «Porque fue la primera peli romántica que vi y eso supongo que nada lo puede mejorar. A parte de que Brad Pitt… ¿qué voy a decir?», agrega. En efecto, esta cinta de Edward Zwick de 1994 tiene un potente aliado en el apolíneo rubiales que, melena al viento, las vuelve locas. Su personaje es un joven blanco que vive y siente como un indio, un tipo algo rudo que se encuentra más a gusto luchando contra un oso que en la mesa con su familia. Es una alma libre y salvaje a la que nada puede detener, y su fogosa, intermitente y prohibida historia de amor con Julia Ormond derritió corazones, sobre todo (ojo que viene espóiler) porque acaba como el rosario de la aurora…
Para Jaime Anglada, Frankie & Johnny es la historia de amor definitiva. Se inlcina por esta cinta dirigida por Garry Marshall en 1991 porque «es una auténtica maravilla. Me encanta la secuencia final, cuando Michelle Pfeiffer y Al Pacino se están cepillando los dientes en la ventana con el fondo musical de Luz de luna de Debussy, y ella le pregunta a él: ‘¿Pase lo que pasé?’; y Pacino responde: ‘Pase lo que pase’». Comparto su entusiasmo por esta historia de amor madura, con un guion sólido y dos actores con más química que el cloruro de sódico, que mantienen el tipo en todo momento, dotando de realidad a una trama ya de por sí creíble, cercana, que es una oda a las segundas oportunidades.
Para acabar, Carolina Cerezuela nos recomienda su cinta romántica favorita: Moulin Rouge (2001), un musical excesivo, apasionado y anacrónico firmado por un inspiradísimo Baz Luhrmann. «Me parece una combinación perfecta de amor, tragedia, arte y música. No tiene desperdicio», subraya la artista. Quien califica su banda sonora de «espectacular»; destacando también «la forma en la que se enamora el protagonista». Ampulosa y recargada, los méritos que encumbraron a Moulin Rouge siguen, veinte años después, gozando de plena vigencia.
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