El concejal debe salir a la calle y mirar hacia el suelo y las paredes

Diferentes aceras de varios barrios de Palma se encuentran en mal estado y resultan peligrosas para los peatones

Estado de la acera en el Paseo Mallorca, junto a la Policía Nacional. | Click

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El Ajuntament de Palma adquirió recientemente el edificio de Gesa y los terrenos de su alrededor con la intención de convertirlo en un centro cultural o en algo parecido. El principal objetivo del proyecto es que se revalorice la zona en la que se encuentra edificado. Bien, es una actuación ambiciosa que inaugurará el alcalde que esté en ese momento en el cargo, ya que su ejecución, además de muy costosa económicamente, y siempre que no se complique, ocupará lo que resta de la actual legislatura y parte de la siguiente. Y para entonces, vaya usted a saber quién estará por esa época al frente de la Alcaldía de Cort.

Pero del dicho al hecho...

Mientras tanto, dice el alcalde Jaime Martínez: «No descansaré hasta que Palma vuelva a ser la ciudad que era en otros momentos: una ciudad limpia», al tiempo que ha asegurado que no dará un paso atrás en el objetivo de hacer de la urbe de Palma «una ciudad pacífica y sostenible en términos de movilidad».

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Piso deplorable en Alexandre Jaume. Foto: Click

Vale, hasta aquí también todo muy bien. Que todo sea por el progreso, por ese sueño que tiene el batle de convertir a Palma en un territorio de referencia, según también dijo en el citado discurso del pasado 31 de diciembre, en la plaza de Cort. Entonces añadió como uno de los objetivos, además de «la mejora de la limpieza y el mantenimiento de las calles y plazas de Palma», una «tolerancia cero», matizó, hacia comportamientos que «van en detrimento de la convivencia pacífica».

Perfecto, ¿no? Pasa que, del dicho al hecho hay un gran trecho y para conseguirlo, de las bonitas palabras fáciles de decir hay que pasar a la acción y eso, al parecer, está costando. Basta si no, con darse una vuelta por la ciudad -por su centro y por su extrarradio-, dirigiendo la mirada hacia el suelo y a las paredes de los edificios… ¿Y qué nos encontramos? Numerosas paredes vandalizadas con pintadas, con frases y mamarrachadas varias, paredes del centro -calles Sant Miquel y Blanquerna, por ejemplo-, y calles con baches, sobre todo las que tienen piso de adoquines, algunos disimulados con una chapuza; y aceras, sobre todo las de ladrillos, hechas una auténtica pena, puesto que la mayoría no solo se mueven y se desplazan al pisarlos, sino que, al estar sobresaliendo respecto a los demás, el viandante puede tropezar con ellos y caerse.

Pintadas manchando una pared de Palma. Foto: Click

Es algo que hemos denunciado en infinidad de ocasiones. Aceras y calles del paseo de Mallorca, plaza de Cort, plaza Alexandre Jaume (junto a Porta de Sant Antoni y Sindicat), Antoni Marqués con Blanquerna, plaza de las Columnas, etc. Pero hasta el momento no hacen ni caso… Y ante el panorama de un presente tan precario no se puede pensar en un futuro como referente, como pretende vender el alcalde en sus discursos.

Lo que se piensa y lo real

A ello añadamos la auténtica invasión que sufre la capital balear de patinetes eléctricos y bicicletas en calles y plazas peatonales. Son zonas por las que no deben circular y son un peligro potencial para los viandantes. Padecemos okupaciones varias y los asentamientos de los sintecho que uno se va encontrando por todas partes.

Son unas situaciones que también se contradicen con otro de los párrafos del mencionado discurso de Fin de Año del alcalde. Primero hizo mención a que los presupuestos permitirán «construir una Palma más social y solidaria», que permitiría «atender las necesidades de los sectores más vulnerables de la población, dotando de más medios y recursos a todas las acciones que guarden relación con la protección de las personas y las familias con peor situación económica».

Y decimos que entra en contradicciones porque, a cada día que va pasando, hay más gente durmiendo en la calle. Porque cuando quiera el senyor batle, o el responsable de los asuntos sociales, nos damos juntos una vuelta por Palma, anocheciendo, para que vean el panorama que muestra la ciudad a esas horas. Para que vean dormir a personas sobre un banco, entre cartones, en un portal, ¡donde pueden! Sí, esa es la realidad.

Mientras tanto, unos cuantos se van a Nueva York a promocionar la ciudad, lo cual también nos parece muy bien, o viajan a Madrid, a entrevistarse con el hijo de los Thyssen para intercambios culturales en un futuro Otros viajan a las ferias turísticas -Berlín ha sido la última- también a promocionar, unos, la Isla, otros, Palma y otras ciudades, y otros la Comunidad. También a menudo mandan notas de prensa anunciando ¡qué se yo! Que han puesto pasos de cebra en varias calles, lo cual no supone ningún mérito, ya que es una obligación. Me refiero a tener señalizada debidamente las vías de la ciudad, sobre lo cual también habría mucho debate y daría mucho de lo qué hablar.

Por eso, lo mejor sería que pisaran más la calle y vieran lo que realmente falta y lo que en realidad sobra para que se enfoque en el beneficio del ciudadano. Que, por ahora, el día a día nos muestra que las carencias superan a mucha distancias a lo que está de más, que tampoco es mucho.