Lejos de convertirse en una amenaza sin remedio, el comercio electrónico es un oportunidad también para el tradicional y de proximidad. Así lo ha entendido el Consell de Mallorca poniendo en marcha la plataforma digital Mallorca Activa, para que las pequeñas empresas y autónomos de localidades de menos de 20.000 habitantes den el salto a la venta online de sus productos y servicios. La pandemia ha acelerado el eCommerce. Un modo de consumo que, según todos los estudios de mercado, se perpetuará más allá del fin total de las restricciones de movilidad. Un modelo, además, que no queda en absoluto restringido a las grandes superficies comerciales.
Producto especializado.
Cada vez son más personas que buscan un comercio tradicional y de proximidad al que pedir sus productos para recoger en tienda o que se los entreguen a domicilio. Asimismo, el eCommerce ofrece a este sector, en muchos casos artesanal y especializado, un nuevo escaparate para su exclusiva oferta. Y, no menos importante, unas vías de comercialización de más largo recorrido conectadas a un público más amplio, y cuya cercanía, paradójicamente, se sitúa a sólo un golpe de click.
Establecimientos emblemáticos.
La forma de pago y la distribución son cuestiones capitales en la apertura del comercio tradicional al mercado digital. Las reticencias al pago con tarjetas de crédito deberían estar a estas alturas totalmente superadas. Igual que el plazo entre encargo y entrega debe ajustarse al máximo. Es cierto que para ello es necesaria una mínima inversión en cierta infraestructura y logística. En este punto, la ayuda y asesoramiento que pueden brindar las administraciones públicas es fundamental. Su labor de guía por el camino al comercio digital puede salvar a decenas de establecimientos emblemáticos, perpetuar productos y técnicas únicas y salvaguardar la diferenciación en un tejido comercial cada vez más homogéneo y franquiciado.
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