El informe favorable de la Comissió de Medi Ambient al Pla de Ports, elaborado por la Conselleria de Mobilitat i Habitatge, confirma el bloqueo a la pretensión de ampliar la actual oferta de amarres e incluso descarta siete proyectos menores en diferentes zonas. Las consecuencias de la aprobación de este documento son evidentes en el sector náutico de las Islas, considerado estratégico por su enorme valor económico. Compatibilizar la actividad náutica con la protección del litoral y el medio ambiente no es una tarea sencilla y siempre genera impactos en diferentes niveles. Esta circunstancia obliga a una tarea didáctica en el conjunto de la sociedad.
Oferta insuficiente.
Es conocida la actual situación con respecto a la falta de amarres disponibles para hacer frente a una demanda creciente. Es una coyuntura que se arrastra desde hace años y que el Pla de Ports aborda prolongando la paralización de cualquier proyecto. La decisión contrasta con otras iniciativas del propio Govern destinadas a fomentar la empresa náutica; e incluso los estudios relacionados con el sector, estrategias que se antojan contradictorias en una primera aproximación si no se fomentan opciones alternativas, como la internacionalización de todo el sector, en especial en su vertiente industrial. Por otro lado, vetar la ampliación del número de amarres en Balears supondrá un incremento de los precios actuales.
Elitismo naútico.
El Govern balear debería evitar que la náutica se convierta en una actividad reservada sólo para segmentos sociales pudientes económicamente. La vinculación con el mar de los ciudadanos de las Islas es ancestral y no puede restringirse para las élites. El bloqueo de nuevos proyectos portuarios –imponiendo siempre exigentes estudios medioambientales– tiene destacados efectos secundarios que no pueden dejar de valorarse por parte de los responsables institucionales.
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