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De las tres salas que forman el Tribunal Superior de Justicia de Baleares, la de lo Contencioso se ha convertido en la de más trascendencia política, una vez eliminados los aforamientos de consellers y diputados. Cuestiones como el catalán en la educación o la gestión de la pandemia han estado y están en manos de las sentencias de los cinco magistrados que las componen. Los mismos fueron quienes suprimieron el TIL de Bauzá.

Una Sala dividida.

Se trata de una Sala que, tradicionalmente ha estado dividida en dos bloques: tres magistrados más progresistas (Gabriel Fiol, Pablo Delfont y Fernando Socías) y dos juezas conservadoras (Carmen Frígola y Alicia Ortuño), con algunos cambios puntuales. Así ha ocurrido en el auto que rechaza imponer un 25 por ciento de clases en castellano en un instituto. La tesis mayoritaria lo rechaza y el voto particular defiende que es la dirección que marcan las sentencias del Supremo sobre la enseñanza en Catalunya que provocaron enormes movilizaciones cuando se dictaron.

Un nombramiento pendiente.

En ese contexto, el relevo del presidente de esta Sala se convierte en un nombramiento clave de cara a los próximos años. Gabriel Fiol se jubila de forma forzosa al cumplir los 72 años de edad. Durante años fue el único juez en Balears que dictaba sus sentencias en catalán. El problema es que, el nombramiento del nuevo presidente estará bloqueado durante meses ya que depende del Consejo General del Poder Judicial. La falta de renovación del organismo y la reforma legal impulsada por PSOE y Unidas Podemos impide realizar nombramientos mientras esté en funciones e imposibilita nombrar un nuevo presidente de la Sala de lo Contencioso del TSJIB. Es posible que se opte por una solución transitoria para que se incorpore un magistrado a la vacante. El perfil de este juez puede alterar el equilibrio de las votaciones y tener enormes consecuencias en Balears.