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El nuevo equipo de gobierno municipal en Palma, comandado por Jaime Martínez, ha anunciado la puesta en marcha de un plan de choque contra los grafitis que incluye acciones de limpieza y un endurecimiento de las sanciones a los autores de las pintadas. El plan arrancará en septiembre, primero en zonas acotadas para calibrar su funcionamiento y después se extendería al resto de la ciudad.

Vandalismo descontrolado.

La proliferación de pintadas en la ciudad en los últimos años ha sido una constante y el Ajuntament, hasta ahora, ha sido incapaz de poner coto a las acciones vandálicas. Junto al atentado estético que suponen, los esprays han alcanzado elementos del patrimonio histórico de la ciudad. Junto a la limpieza de algunas zonas, el impacto de las pintadas y su descontrol fueron dos de los elementos que provocaron un importante desgaste al anterior equipo, que no consiguió atajar de forma visible esta situación. La visión tanto del centro como de los barrios de la ciudad plagados de grafitis dejaban una sensación de dejadez molesta tanto para los visitantes como para los residentes, que han tenido que contemplar una degradación creciente de sus calles.

Lavado a fondo.

Con esa herencia, el gobierno municipal que lidera el Partido Popular se juega buena parte de su credibilidad en la efectividad que tenga a la hora de luchar contra el vandalismo y de realizar un lavado a fondo a Palma. Se comprende que haya sido marcado como una prioridad por el alcalde. A su favor tiene que, por pequeños que sean los resultados, no es complicado mejorar los precedentes. Evidentemente, no basta con limpiar lo pintado, que ya supone un coste importante. Es necesario mejorar la efectividad en la persecución de los autores. El papel de la Policía Local será tan importante como el de Emaya e Infraestructuras. Será una piedra de toque para el gobierno Martínez.