Palma17/09/23 0:29
El caso del profesor del colegio Montesión de Palma despedido por conductas «inapropiadas» con alumnas «y una persona adulta», desvelado en exclusiva por este periódico, ha vuelto a poner de manifiesto la necesidad imperiosa de que los centros docentes -tal y como ha ocurrido en este caso- apliquen una política de tolerancia cero en cuanto se confirman las acusaciones de acoso sexual contra los maestros. Debe tratarse de un proceso justo, paralelo al policial y judicial, pero en pleno siglo XXI es intolerable algunas conductas que, si bien no constituyen un delito penal que conlleve una detención, sí son inaceptables y muy censurables.
2 comentarios
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Los padres, por muy raro que parezca, suelen ser los últimos en darse cuenta y no es porque no conozcan a sus hijos. El acoso, como todo maltrato, hace que la víctima esconda, camufle o recurra al fingimiento de las circunstancias por las que está pasando. Ellos no han podido prevenirlo, pues se da en los centros escolares y es ahí donde se tiene el deber de prevenirlo, detectarlo y, sobre todo, no negarlo cuando la familia lo ha descubierto. Durante mucho tiempo los niños acosados y sus familias han tenido que aguantar múltiples y diversos ataques no tan sólo de la parte agresora sino también, aunque no físicos, por parte de colectivos de la enseñanza en todo su amplio abanico, empezando por directores y terminando por conserjes. Y si la familia acude a la Justicia, todavía las represalias se pueden endurecer más, porque ahí la santísima administración recurrirá a cuantos procedimientos necesite, incluso con vileza, para salvar el nefasto corporativismo: "No hemos visto nada, el niño no está vacunado contra el bulling, es que tiene todo el perfil de víctima (como si ésta fuera su culpa), es que en casa le dan superprotección..." Y no se estudian los perfiles de los agresores, ni se quiere molestar a los familiares de éstos ni se quiere ver cómo están actuando dentro y fuera del aula. Se cacarea mucho sobre las medidas que se están tomando en los centros, pero dudo mucho que haya una implicación sincera, valiente y honesta.
Lo que soy incapaz de entender es como la mayoría del abuso escolar es detectado y denunciado por PADRES. En mis tiempos,salvo en las horas de estudio, había siempre un profesor con nosotros incluso en recreo y las reuniones del claustro para intercambiar opiniones entre los profesores constante.