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El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, se somete este martes al debate de investidura en el Congreso. El rey Felipe VI propuso al líder del PP como candidato a la presidencia del Gobierno, al encabezar la lista que ganó las elecciones celebradas el 23 de julio. Y a pesar de que los 172 diputados que le apoyan –incluidos los votos de Vox, UPN y Coalición Canaria– son insuficientes para llegar a La Moncloa. Así lo reconoce el propio Feijóo, al admitir que le faltan cuatro escaños para obtener la mayoría absoluta. Prosigue, por tanto, la incertidumbre abierta por los comicios del 23-J, porque si Feijóo no consigue los votos necesarios en primera o segunda vuelta, el Rey convocará otra ronda de consultas en la que encargará la investidura al segundo candidato más votado, el socialista Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones. Este segundo debate de investidura se celebraría en la segunda quincena de octubre, en torno al día 25.

Sánchez, ante las exigencias de Junts.

Si a Núñez Feijóo le faltan cuatro diputados, Pedro Sánchez ha de atar acuerdos con Sumar socio de Gobierno; y con ERC, EH Bildu, PNV, Bloque Nacionalista Galego y Junts. La cuestión de fondo consiste en las exigencias de Junts, con la petición de amnistía para los condenados por el ‘procés’ de independencia de Catalunya y hasta dónde está dispuesto a ceder el PSOE. Ayer, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, eludió aclarar si el expresidente catalán Carles Puigdemont tiene que ser juzgado.

La cuestión catalana, de nuevo.

Mientras ERC ya da por descontada la amnistía, Feijóo movilizó el domingo en Madrid a miles de personas contra esta amnistía, que ayer no fue descartada por la portavoz del PSOE, Pilar Alegría, para favorecer «el reencuentro y la convivencia». Una vez más, la cuestión catalana marca los ritmos, el presidente y el futuro de la política española. La clave reside en un acuerdo, del que se excluya la vía unilateral, que no vulnere la Constitución y que no divida al PSOE.