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Este viernes publicamos una inquietante información sobre el antiguo cuartel de Son Busquets, en Palma, que está en poder de una mafia okupa que cobra 50 euros por alquilar una habitación. Es una situación delirante que está degenerando peligrosamente, ya que algunos de los nuevos residentes son toxicómanos o delincuentes que venden sustancias estupefacientes. El barrio se deteriorará aún más si continúa la okupación. No se trata, en cualquier caso, de algo nuevo. Ya hace meses que se denunció la presencia de intrusos en las antiguas instalaciones militares, pero ahora las circunstancias han cambiado de forma drástica porque la mafia trata de sacar un beneficio económico de la okupación del antiguo cuartel. Las autoridades no pueden quedarse con los brazos cruzados ante lo que está ocurriendo.

Investigación policial.

No es el único incidente que ha trascendido en aquellas dependencias palmesanas. La Policía Nacional está investigando la aparición de un hombre de 35 años muerto dentro del cuartel. Fue un padre, desesperado porque no tenía noticias de su hijo desde hacía varios días, el que lo encontró allí, ya sin vida. La Jefatura palmesana, a través del Grupo de Homicidios, ha abierto una investigación para aclarar si el fallecimiento tiene relación con el consumo de sustancias estupefacientes.

Indignación vecinal.

A todo esto, hay que sumar la indignación vecinal. De un tiempo a esta parte son muchos los vecinos de ese tramo de la carretera de Valldemossa los que exigen más seguridad y vigilancia en el cuartel, para que, precisamente, no caiga en manos de okupas que especulan con él. Ya es demasiado tarde porque hay constancia de que las habitaciones se alquilan a 50 euros el mes, pero no es tarde para que la Administración reaccione y expulse a los intrusos, muchos de los cuales tienen antecedentes por distintos delitos. Si la respuesta se eterniza, el caso de Son Busquets se enquistará.