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Los desacuerdos que afloraron entre los ocho diputados de Vox en el Parlament y también con la dirección del partido en noviembre, cuando se debatió el techo de gasto –requisito indispensable para aprobar los presupuestos autonómicos de 2024–, estallaron este lunes con una implosión que ha quebrado definitivamente a la formación de Santiago Abascal en Baleares. Al mismo tiempo ha dinamitado el grupo parlamentario, que ha quedado fragmentado en cinco diputados críticos, expulsados de Vox tras ser calificados de «sujetos» por el secretario general, Ignacio Garriga: Idoia Ribas, Sergio Rodríguez, Agustín Buades, Manuela Cañadas y María José Verdú; dos parlamentarios ‘oficiales’: la presidenta del partido en Balears, Patricia de las Heras, y el aún presidente del Parlament, Gabriel Le Senne; y Francisco Cardona, que ya había sido expulsado. Lo sucedido ayer, con ceses y expulsiones que se venían larvando desde hace semanas –sin que aún se hayan explicado todos los motivos–, provoca una grave crisis política que afecta a la primera institución de Balears, el Parlament, y repercute directamente sobre el Govern de Prohens.

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Personalismos y discrepancias.

Se desconoce aún cuál será el desenlace final de esta situación enrevesada, marcada por la desconfianza y en la que se enredan los personalismos con las discrepancias sobre la política lingüística y las exigencias sobre las retribuciones a los diputados. Todo apunta a que Idoia Ribas puede relevar a Le Senne en la presidencia de la Cámara, pero hay otras cuestiones de gran relevancia en el aire.

Preguntas aún sin respuesta.

Por ejemplo, la vigencia y la aplicación de los 110 puntos del acuerdo que pactaron PP y Vox para la investidura de Prohens tras las elecciones autonómicas. Y cuál será el impacto de esta crisis de Vox-Balears en la política nacional. Muchas preguntas hoy sin respuesta y que dependen de acontecimientos inesperados.