La paz que firmaron este jueves los dos sectores enfrentados de Vox en Mallorca supone, de momento, el fin de un esperpento que se ha prolongado durante más de una semana. Los cinco diputados amotinados –Idoia López, Manuela Cañadas, María José Verdú, Agustín Buades y Sergio Rodríguez– llevaron a cabo un golpe interno y trataron de quitar de sus cargos al presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, y a la presidenta del partido, Patricia de las Heras. Se trata, sin duda, de un choque tan grave que parece improbable que no deje secuelas en una formación que vive en convulsión permanente. Sea como fuere, llama poderosamente la atención la generosidad de la dirección nacional, que ha amnistiado a los díscolos y ha permitido un frágil acuerdo (¿?) entre las dos partes que, hasta hace unos días, parecía inalcanzable. Si la crisis se ha cerrado en falso no pasará mucho tiempo hasta que se reactive de nuevo.
Fin, de momento, al esperpento de Vox
Palma09/02/24 0:30
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