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Este lunes, tras una espera de cinco días, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciará oficialmente si sigue al frente el Ejecutivo o si, por el contrario, decide dimitir por los ataques a su esposa, Begoña Gómez. Se trata, sin duda, de una situación insólita en nuestro país, después de que el propio Sánchez, el miércoles, publicara en las redes sociales su Carta a la ciudadanía, en la que exponía sus motivos para plantearse la renuncia al frente del Gobierno. Sea cuál sea la decisión, lo cierto es que ya nada será igual para él. Si sigue al mando de la Moncloa podría haber salido reforzado internamente, aunque no hay que obviar que a muchos socialistas les ha desconcertado su maniobra. Si, por el contrario, anuncia que se va, se abre un nuevo escenario con más incógnitas que certezas. Una de ellas es quién será su sucesor o sucesora. Suena el nombre de la vicepresidenta María Jesús Montero, ‘asesorada' por el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero en la sombra, pero sólo son cábalas.

La cuestión catalana.

Y hay mucho más en juego. La Ley de la Amnistía o el futuro de Carles Puigdemont podrían depender de los movimientos de Sánchez, a las puertas del 12 de mayo, las elecciones en Catalunya. También el pacto entre Sumar y los socialistas podría ser revisado tras el terremoto provocado por la sospechosa denuncia de Malos Limpias contra Begoña Gómez.

¿Nuevas elecciones?

En cualquier caso, la pregunta clave, si dimite Sánchez, es si se convocarán o no nuevas elecciones en España. El sábado, decenas de personas se concentraron en la sede de Ferraz para pedir a su líder que siga. Mientras, el PP y Vox tachan de «indigna» la «pataleta» del presidente y recuerdan que los jueces pueden investigar a cualquier persona, que no hay nadie al margen de la Ley.