El diluvio que inundó y paralizó el aeropuerto de Palma, uno de los más importantes de Europa, sobre todo en verano, ha dejado más preguntas que certezas. Sin duda, la tromba de agua dejó unas precipitaciones récord en muy poco tiempo, –hasta 71 litros de agua por metro cuadrado–, pero llama la atención que unas instalaciones modernas y supuestamente preparadas sufrieran hasta tal punto las inclemencias del tiempo. Las pistas quedaron completamente anegadas, se inundó una amplia zona comercial y millares de pasajeros se vieron afectados por los retrasos y cancelaciones. Pero la lluvia no solo se cebó con Son Sant Joan, en cuyo párking exterior centenares de coches quedaron atrapados en una especie de ratonera, sino que el aguacero se cebó también con numerosos comercios y viviendas de la zona de la Platja de Palma, en especial plantas bajas.
El diluvio que puso en jaque Son Sant Joan
Palma13/06/24 0:30
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