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El ‘supermercado de la droga' en Mallorca se ha remodelado por completo y estrena nueva imagen, menos siniestra de lo habitual pero que esconde el mismo drama: la venta masiva de cocaína, marihuana y hachís a miles de consumidores. Con todo, Son Banya se encuentra ahora en pleno proceso de cambio de jerarquías y son cinco los capos de la droga que se disputan el trono de el poblado, vacío desde que cayó la matriarca conocida como ‘La Paca'. Los nuevos candidatos, todos con numerosos antecedentes, han decidido alejar los puntos de venta de droga de las chabolas donde viven las familias, en un intento por evitar que las redadas policiales acaben con familias enteras en prisión. El gueto ha sido rediseñado tras su fortificación y se ha abierto un circuito por el que los coches esperan su turno para ser atendidos, en un camino señalizado con luces de Led y banderas de España. Este nuevo aspecto exterior de Son Banya busca ser más atractivo para los clientes potenciales, muchos de los cuales acudían a Son Gotleu o La Soledat porque encontraban demasiado siniestro aquel recinto.

Toneladas de basura

La reciente intervención policial y de los operarios municipales ha permitido derribar algunas de las barricadas que los clanes habían levantado, utilizando toneladas de basura y coches calcinados. La invasión de ratas, moscas y mosquitos es ya insoportable y numerosos menores y ancianos viven en unas condiciones higiénicas deplorables.   

Lucha sin cuartel

Después de cuatro décadas de relativa impunidad, lo que ha quedado claro es que los continuos golpes policiales es la única manera de evitar el crecimiento de los clanes. Sin embargo, el asunto debe ser abordado también desde una perspectiva social. La lucha sin cuartel al narco, pues, es imprescindible, pero acompañada de soluciones para las familias afectadas.