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El ataque ‘preventivo’ de este domingo de Israel contra la milicia de Hezbolá, que respondió con el lanzamiento de 340 cohetes y drones sobre territorio israelí, ha dejado la frontera del Líbano al borde de la guerra total, tras semanas de escaramuzas e intercambio de disparos por parte de ambos ejércitos. Se trataría de un segundo frente para el Gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu, que curiosamente ha vuelto a recuperar la popularidad en su país, que había caído en picado tras los ataques de Hamás y los milicianos palestinos del 7 de octubre. La realidad es que tras diez meses de brutal invasión de la Franja de Gaza, las brigadas judías todavía no han podido aplastar la resistencia palestina. Por todo ello, un segundo frente para Tel Aviv, y sobre todo teniendo en cuenta que Hezbolá es infinitamente más poderoso que Hamás, puede llevar a Oriente Medio a una guerra de consecuencia desastrosas.

La respuesta de Irán.
A todo ello hay que añadir la posible respuesta del régimen de Teherán por el asesinato del líder palestino Ismail Haniya en su territorio. Irán, con todo, sabe que tiene las de perder en un enfrentamiento directo con Israel y, en cambio, le favorece tensar la cuerda y amagar con un doloroso golpe a su archienemigo, en el lugar que ellos elijan y en el momento que quieran. De esta forma, las fuerzas hebreas deben estar en constante alerta y el desgaste, ante esta incertidumbre diaria, es demoledor.

¿Paz en Gaza?
La casi guerra abierta entre Hezbolá e Israel coincide con que las negociaciones de paz entre el Gobierno de Netanyahu y Hamás están muy avanzadas y en breve podría firmarse una tregua en la devastada Franja de Gaza, donde ya han muerto más de 40.000 personas, la mayoría de ellos civiles inocentes. Está por ver si el conflicto en el Líbano desmantela la paz tan necesaria con los palestinos.