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Únicamente once colegios de los más de 300 que hay en Baleares, entre privados, concertados y públicos, aplicarán en Primaria el plan de elección de lengua del Govern a partir del próximo curso. Los que han pedido sumarse a esta iniciativa de la Conselleria d’Educació –impuesta al PP por Vox y exigida en diciembre para aprobar los Presupuestos de este año– son todos centros concertados. En conjunto, esta oposición constituye un sonoro fracaso después del rechazo expresado por la comunidad educativa. Junto con la Obra Cultural Balear, el STEI, la Asociación de Directores de Primaria, la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos, Colegio de Docentes, así como la Red Educativa por la Lengua, lo tildan de «despropósito pedagógico» y manifiestan su desacuerdo al considerar que incumple el Decreto de Mínimos, carece de fundamentación curricular y segrega a los alumnos por razón de la lengua que emplean.

Desinterés de la comunidad educativa.

Este desinterés por aplicar un plan denostado por profesores, sindicatos y entidades docentes, aún cuando el Tribunal Superior rechazó suspender su aplicación al ser voluntaria la adhesión, reduce su coste. De la partida presupuestada inicialmente se ha pasado a sólo un millón para el curso 2024-2025, que empieza en septiembre.

Vulnera el modelo educativo balear.

PP y Vox, promotor de esta medida, han de reflexionar por qué no ha sido bien recibida por la comunidad educativa, que le da la espalda. A pesar de los reiterados esfuerzos del conseller Antoni Vera para negar que este plan ampare la segregación lingüística en las aulas, el Govern Prohens ha de valorar si tiene sentido mantener un programa que vulnera el modelo educativo balear basado en la lengua propia, el catalán, como idioma vehicular para fomentar su normalización, al ser una lengua minorizada.