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El curso escolar que empieza mañana implicará la prohibición y la limitación del uso de los móviles en las aulas que ya se venía aplicando en varias comunidades, pero también estrena el plan de refuerzo de matemáticas y lengua y prepara a sus bachilleres para la nueva EBAU (Evaluación del Bachillerato para el acceso a la Universidad); una vez más, con el recurrente reto de reducir la interinidad del profesorado y las ratios. Prohibir los teléfonos móviles en los espacios docentes constituye una novedad de este nuevo curso, de manera que los profesores podrán llegar a retirar el dispositivo a sus alumnos, pero tendrá que estar apagado. Después de que el Consejo Escolar del Estado aprobara en enero pasado, por unanimidad, el veto de estos dispositivos con conexión a internet en Primaria y su limitación en Secundaria, la comunidad educativa ha seguido debatiendo sobre los problemas que ocasiona el mal uso de los dispositivos móviles y este curso será el primero en el que se aplicarán los criterios para restringirlos.

Diferentes criterios y medidas.

Madrid, Galicia, Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura ya contaban con prohibiciones o restricciones y, tras la aprobación del texto del Consejo Escolar, el resto comenzaron a implementar medidas, dando libertad a los centros para su aplicación, con mayor libertad para los más mayores. Cantabria ha establecido una prohibición total en colegios e institutos, mientras comunidades como Madrid o Castilla-La Mancha flexibilizan el uso en Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional.

Requisar el dispositivo a los alumnos.

En Baleares –como en Aragón, Andalucía, Comunidad Valenciana y Navarra–, los docentes tienen la potestad de requisar los teléfonos a los alumnos hasta el fin de la jornada escolar. Se trata de ordenar y gestionar con mesura el uso de unos dispositivos omnipresentes que también han revolucionado el ámbito educativo.