TW

En la apertura del debate de política general, la presidenta Marga Prohens recuperó el anuncio de un viejo proyecto: la llegada del tren a Llucmajor y su conexión con el aeropuerto de Son Sant Joan. No es una novedad porque la idea emerge cíclicamente, aunque no por eso deja de provocar una gran unanimidad. Prohens, eso sí, mostró habilidad política al volver a poner sobre la mesa este proyecto ferroviario en pleno debate sobre la masificación y movilidad. La líder del Ejecutivo advirtió que se trata de un asunto prioritario para el actual Govern y que aventuró que durante este mes de octubre saldrá a exposición pública.

La movilidad.

La propia presidenta advirtió que el Govern no ha dado la espalda a otros proyectos ferroviarios, como puede ser la llegada del tren a Alcúdia, Artà o Capdepera, pero el ferrocarril a Llucmajor, y en especial su conexión con el aeropuerto, ahora mismo es la prioridad. A nadie se le escapa que, debido fundamentalmente al incremento poblacional que ha experimentado Mallorca durante los últimos años, muchas de sus infraestructuras han quedado desfasadas. De hecho, uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los ciudadanos de la Isla es una red viaria saturada, con embotellamientos diarios en la vía de cintura o en las principales carreteras y autopistas. El asunto es de tal magnitud que los transportistas también han disparado sus tiempos de entrega de mercancías.

Socios.

En época de cambio climático, la apuesta por el tren también goza de un buen argumentario. Ahora se trata de obtener financiación –según el PSIB, sí la hay– y desarrollar de forma decidida una infraestructura que hasta ahora solo forma parte del imaginario. Otro detalle relevante es que Marga Prohens necesitará seducir a sus socios para que se suban al tren.