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A medida que aumenta el número de fallecidos, persiste la incertidumbre en torno a centenares de desaparecidos y la devastación es cada vez mayor por la DANA que ha asolado Valencia, también crece la tensión y la inquietud social que ayer se transformaron en un agudo y doloroso estallido de indignación ciudadana durante la visita de los Reyes. El profundo malestar de los afectados provocó incidentes y disturbios en Paiporta, una de las poblaciones que ha sufrido más daños y víctimas. En el sexto día de una tragedia cuyas proporciones aún desconocemos, la visita de los reyes Felipe y Letizia, junto a los presidentes del Gobierno y la Generalitat Valenciana, Pedro Sánchez y Carlos Mazón respectivamente, lejos de la normalidad, estuvo marcada por los abucheos y reproches. Las autoridades fueron increpadas por numerosos ciudadanos, que lanzaron barro y objetos contra ellos. En este caos, el presidente Sánchez abandonó la comitiva y fue evacuado cuando arreciaban los insultos. Tras estos vivos incidentes, fue cancelada la visita a Chiva.

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Una inmensa tragedia humana

Hay toneladas de escombros en las calles devastadas, con el riesgo de infecciones, una decena de carreteras siguen cortadas, el mar empieza a devolver cadáveres, sótanos y aparcamientos inundados, a los que aún no se ha podido acceder, son tumbas con cadáveres que no han podido ser recuperados. La tragedia.

Mando único y coordinación

Las tareas de reconstrucción se prolongarán durante muchos meses, pero ahora es urgente e imprescindible aportar más recursos y medios a familias que lo han perdido todo; hay que recuperar los cadáveres. Pero, sobre todo, hay que actuar con criterios de coordinación entre administraciones para garantizar la eficacia de los trabajos. Desde el primer momento ha faltado un mando único, decisiones claras y, sobre todo, más organización y mejor entendimiento.