La decisión.
El jurado ha tardado dos días en responder a un largo cuestionario. El meollo era establecer si, cuando Rigo disparó, lo hizo de forma justificada por miedo a ser asesinado o su actuación fue un homicidio aunque con un castigo matizado al ser víctima de un robo en su propia vivienda, que era la tesis que mantenía la Fiscalía. La única manera de decidir cómo ocurrió era someter los hechos a juicio y que el tribunal, en este caso formado por ciudadanos, examinara las pruebas. Una vez vistas, el jurado ha valorado que el ataque de Fredy y el malogrado Mauricio Escobar tuvo la intensidad suficiente como para justificar que Rigo empleara un arma de fuego.
El procedimiento.
El ‘caso Rigo’ ha generado muchos debates, entre ellos, la efectividad del procedimiento con jurado. Los ciudadanos que los forman, en la inmensa mayoría de las ocasiones, asumen esa tarea con rigor y responsabilidad, pero no son jueces. Otra cuestión relevante es cómo ha podido contaminar el proceso la intensa polémica que se ha producido en torno a este asunto, acentuada por la repetición del juicio y por episodios excepcionales, como la detención del hermano de la víctima, acusado por robo y torturas en medio del proceso. En cualquier caso, la justicia ha hablado y ha dicho que el octogenario de Porreres es inocente.