La presión policial contra el narcotráfico debe seguir

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La Policía Nacional ha llevado a cabo, en los últimos días, dos operaciones antidroga casi consecutivas en las barriadas de La Soledad, donde controla el mercado negro ‘El Pablo’, y en Son Gotleu, donde algunos clanes gitanos y de nigerianos se disputan el tráfico de estupefacientes. La realidad es que el mapa de la droga en toda Mallorca se está redibujando con celeridad y tanto la policía como la Guardia Civil deben actualizarse continuamente para poder hacer frente a esta lacra. Es muy loable que la Jefatura de Policía lleve a cabo estas redadas, pero la presión debe continuar para no dar tregua al narcotraficante y, evitar, que algunas calles de ciertas barriadas estén ya completamente controladas por los delincuentes, como ocurre, por ejemplo, en la calle Teix. El drama de la drogadicción golpea a miles de familias en Balears, que tienen que hacer frente a una tragedia personal que arrastra a padres, hijos y hermanos. Además, cada vez más adolescentes y jóvenes se enganchan a las sustancias prohibidas. Muchos empiezan fumando marihuana o hachís y después quedan enganchados por la cocaína o las pastillas sintéticas.

El caso de Son Banya.

Caso aparte es el que se da en Son Banya, donde recientemente los ocho nuevos jefes del poblado han resideñado aquellas instalaciones y han construido una pista de hormigón de 90 metros, una rotonda e incluso han instalado un barco a la entrada. Todo un pulso a las autoridades que no puede ser permitido, porque sería lo mismo que garantizar su impunidad.

Una actuación imprescindible.

En este sentido, Cort ha tomado la decisión de acudir al poblado con maquinaria pesada, y con protección policial, y derribar todas aquellas obras ilegales que han realizado los ‘narcos’. Sin embargo, la actuación se está demorando, lo que provoca que muchas voces critiquen esta tardanza. La lucha contra los traficantes no admite titubeos.