Por aquí, he leído que otro alcalde, algo menos famoso pero que lleva camino de serlo, ha declarado la guerra a la Guardia Civil, con la que, de entrada, «ha roto relaciones». Imagino el susto que les ha entrado a los beneméritos guardias civiles ante tamaña provocación bélica. El motivo alegado por el edil es la supuesta desidia en la averiguación y detención de unos presuntos maleantes que aporrearon a uno o dos Policías Locales del Ayuntamiento presidido por el retador alcalde.
No obstante, antes de entrar a analizar el asunto con más calma, lo primero que me ha venido a las mientes ha sido la sorprendente falta de memoria del alcalde. Se ve que ya no se acuerda de las muy recientes inundaciones que asolaron de manera principal a su municipio y en las que la Guardia Civil, fiel a su calificativo indeleble de ‘Benemérita', se dejó literalmente la piel ayudando a cuantos necesitaban su ayuda –que eran muchos– jugándose en muchas ocasiones la propia vida. Nada de particular tratándose de la Guardia Civil, cuyos heroicos comportamientos son tan habituales y diarios que ya nos parecen ‘normales'.
Pero, además, me ha llamado la atención que al día siguiente de las lamentables agresiones, los sindicatos de la policía local, unánimemente, exigieron la dimisión del indómito alcalde, por la absoluta insuficiencia de los medios personales y técnicos en que se encuentran. ¡Amigo!, ¿y si esta fuera la razón de la salida de tono del Sr. Alcalde? ¿No será la clásica maniobra de cargar el muerto al primero que pasaba por allí, y así despistar a la opinión haciendo ruido y desviando la atención de lo principal, que, como afirman sus propios policías, es su propia desidia y negligencia?
Por último, ¿no sabe el Sr. Alcalde que en todos los asuntos que pueden ser constitutivos de delitos públicos intervienen el Ministerio Fiscal, el Juzgado de Instrucción y por añadidura, también la Policía Local en su caso –y aquí sí que es ‘su caso'? ¿No sabe que la Guardia Civil ha conseguido que los presuntos autores se entreguen voluntariamente, sin tener que utilizar la fuerza cuando hubiera sido peor el remedio que la enfermedad? ¿O acaso quería que hubiera un Dos de Mayo en Capdepera?
En resumen, me parece que, así como los alcaldes de Móstoles se cubrieron de gloria, el de por aquí ha hecho el ridículo, y mejor sería que reanude cuanto antes sus relaciones con la Guardia Civil. Seguro que más pronto que tarde la va a necesitar.
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