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Dicen que solo sucedes cuando decides pero, ¿qué nos impulsa realmente a decidir? Generalmente sucedemos impulsados por las decisiones, en apariencia valientes del resto, pero lo que no sabemos es que la mayoría de las veces se traducen en malas decisiones y estentóreos fracasos porque la embestida que nos provoca tomarlas evita que sean consensuadas con la propia alma. Uno debería aislarse por un tiempo y escuchar el sabio silencio que habita en nuestro interior, menospreciado recurrentemente. Sí, es fácil para todos brillar bajo la luz pero realmente crecemos en la sombra, cuando nadie ve todas las batallas a las que nos enfrentamos y los cambios que van transformándonos en un arduo pulso interno. Si la gente se equivocase más y lo reconociera y hablase menos de las vidas ajenas viviríamos en una armonía en constante crecimiento.

Una verdad apabullante es que el hombre sutil analiza y el vulgo etiqueta, a pesar de los tiempos, a pesar de los años. Es por ello que sienta sumamente bien apartarse de determinada gente que solo transmite toxicidad sembrando la duda en todo lo que le rodea apisonando almas pensando que así alimentan su propia honra. Me entristece ver la cantidad de gente infeliz que niega la existencia del cambio, ¿será acaso porque éste nace en lo más profundo del corazón? Sí, la estatua que cada uno cincela con su existir debe ser la única escultura que ningún viento pueda derribar pero que la voluntad pueda corregir.

La culpa del hombre no es haber nacido sino no haber renacido, de ahí el maravilloso, mágico y existente cambio, para la inmensa mayoría la más aguda consolidación de la ignorancia humana es la aplicación sistemática del principio de lo políticamente correcto.

Definitivamente la mayor derrota del ser humano es vivir encorsetado a merced de lo que la sociedad y su círculo más próximo le impone, negándose a realizar lo que verdaderamente desea porque ello será el yugo al que estará sometido el resto de su vida y cuando se dé cuenta de ello, lamentará el no haber escalado montañas y descubierto paisajes de ensueño, únicamente porque no estaba en el pusilánime guion escrito por aquellos derrotados que nunca se decidieron a emprender su más bella historia de amor, su propia vida. Lamentablemente se conformaron con la impuesta.