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Las declaraciones de Pablo Casado y su fiel escudero Teodoro sobre su reunión con representantes del Gobierno marroquí días antes de que estallara el conflicto en Ceuta y Melilla provocado como «venganza» marroquí porque España hubiera acogido por razones humanitarias a Brahim Gali , jefe del Frente Polisario, solo pueden calificarse de mezquinas, populistas, rastreras y antipatrióticas. Quien se califica a sí mismo de demócrata, máxime siendo responsable del principal partido de la oposición, no puede utilizar las maniobras barriobajeras del rey de Marruecos lanzando al mar a menores indefensos para atacar al gobierno legítimo y democrático de su país. ¿Qué clase de patriotismo es el del señor Casado que exige que se rompa el Gobierno de coalición de España democráticamente elegido acusándole de haber provocado al sátrapa marroquí por haber acogido por razones humanitarias a Gali o culpando a Podemos por haber declarado que en el conflicto saharaui deben cumplirse los mandatos de Naciones Unidas? ¿Es así como se defiende la patria, apoyando un régimen extranjero que incumple sistemáticamente los derechos humanos con quienes osan llevarle la contraria?

Las palabras de Casado arrogándose un exhaustivo conocimiento de la política internacional y de la realidad estadounidense y marroquí refrendadas por su correveidile Teodoro al grito de que su jefe ya sabía lo que iba a pasar y que con él de presidente jamás habría ocurrido, son un desatino de proporciones inconmensurables: si de verdad sabía lo que iba a pasar, ¿por qué no avisó a su gobierno para que intentase evitarlo?, ¡Menuda muestra de lealtad, señor Casado! ¿O es que acaso quería que se produjese esa situación explosiva simplemente para desgastar al gobierno de Sánchez ? ¡Eso sí que es patriotismo del de verdad señor Egea y lo demás son tonterías!, ¿O no será que no tenían ni puta idea de lo que iba a pasar y lo usan ahora a toro pasado para desgastar al Gobierno?

En nuestra democracia hemos visto cosas vergonzantes a lo largo de los años, pero que se ataque a un Gobierno legítimo por atender a causas humanitarias y por exigir que se respeten las resoluciones de la ONU rebasa todo lo conocido hasta ahora. Si las causas humanitarias y las resoluciones de Naciones Unidas ya no significan nada, ¿qué queda de los valores democráticos que nos vanagloriamos en defender?

Hasta ahora sabíamos que al señor Casado le habían regalado un máster. Desde ahora, que se ha doctorado con matrícula en deshonor y que cuenta en su haber con un nuevo título, el de «Doctor Inhonoris Causa».