En 2015, una publicación satírica francesa publicó imágenes de Mahoma pertrechado con un casco en la cabeza, casco adornado, a su vez, con dos cuernos. Resultado: doce muertos, empleados del semanario. La revista es anticatólica, antirreligiosa, atea. Muy su gusto y ese derecho sería, sin duda, respetable si no atacara derechos de otros, en este caso de los musulmanes.
Otro suceso: Málaga, España. Esa ciudad en Semana Santa hierve de devoción, de pasión, me atrevo a decir. Costaleros, cofrades, costureras, bordadoras, floristas, decenas de oficios, cientos de trabajadores, miles seguramente, han trabajado todo el año para poner en pie el mayor acto de fe colectiva del mundo. Málaga, España. Repito porque cuesta creerlo: un grupo de mujeres saca en procesión un órgano femenino de cartón o similar, de unos doce metros de alto. Entonan un credo sacrílego repleto de obscenidades que no se pueden repetir aquí. Todo ello en aras de la libertad de expresión.
Pero existe otro derecho reconocido en la Constitución española: el derecho a la libertad religiosa. Una prestigiosa firma de abogados cristianos presenta una apelación, gana, la organización es condenada a pagar una curiosa indemnización: una cantidad pequeña pero durante años. Del mismo modo que en el horizonte tierra y cielo parece que se juntan existe una línea real donde la justicia humana y la justicia divina se encuentran. Allí donde el corazón humano tiene su aposento el hombre clama y Dios contesta: Aquí estoy.
4 comentarios
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O sigui si a qualqú li molesta lo que has escrit,per exemple un familiar d'un traballador de Charlie Hebdó justifiques que et disparin?
No soy médico ni acostumbro a replicar a los locos; solo tengo una pregunta: ¿hubo también intervención divina con los asesinatos de los periodistas de Charlie Hebdo?
SisetO como mínimo no deberían estar subvencionadas por el estado
És a dir, lo que tu vols és limitar la llibertat d'expressió. No vols que es puguin criticar les religions, les causants de milers de conflictes amb base a amics invisibles que ningú ha vist mai. Hauríen d'estar prohibides per prendre el pel a la gent i forrar-se, potser tenien un sentit en el passat però ara ja no