Poco o nada le deben importar a Francina Armengol las dificultades judiciales de su directora general de Salut Pública cuando a los ventanales de su despacho del Consolat de Mar llega el eco de las voces que en la calle culpan abiertamente a los jóvenes en viaje de estudios del brutal repunte en el número de contagios por la COVID-19. A modo de breve recapitulación: el sábado 25 de junio, los estudiantes que han de ser conducidos por la Guardia Civil al hotel de confinamiento se niegan y, ante las dudas de los agentes por la insuficiencia de una orden verbal, la directora general dicta una resolución administrativa que ordena la medida; pero el encierro hotelero duró apenas unos días porque el Juzgado de lo Contencioso anuló la decisión por falta de justificación proporcionada al aislamiento de más de doscientas personas.
No hay cheque en blanco
Palma26/07/21 4:01
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1 comentario
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Jo denúnciaria al jutge que va posar en llibertat a gent contagiada. Els que varen haver de fer quarantena degut al contacte amb els estudiants dins l'avió tenen tot el dret a demandar al jutge que els va posar en perill a ell i als seus familiars