El segundero de la cuenta atrás ya se ha accionado, quedan tres días para que finalice un año más de nuestras vidas, un año, nuevamente difícil, en el cual se han registrado valiosas pérdidas, ausencias irremplazables y donde la palabra adaptación se ha convertido en el orden del día. Siempre que se aproxima el fin de año me embarga una sensación de nostalgia, como si me hallase junto al mar, en el crepúsculo y en medio del silencio contemplara un quieto y majestuoso horizonte. Las vivencias de ese año parecen ir desvaneciéndose tras el mismo para ya no regresar jamás. Estos años han detenido al mundo entero y han reajustado nuestro modus vivendi volviéndonos más instrospectivos porque nos hemos acostumbrado al aislamiento y nos hemos vuelto más egoístas. Todo se torna cada vez más virtual y los encuentros entre amigos, los abrazos y charlas donde terminábamos llorando o riendo, se han transformado en escuetos mensajes o en frías llamadas. Los que siempre han estado estarán, otros partirán y algunos, ni siquiera estuvieron. Una parte de nuestras vidas ha quedado congelada en el tiempo como si de una película se tratase. Solo podrá ser visualizada en el recuerdo.
Un año más
Palma29/12/21 3:59
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1 comentario
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No hay peor desilusión que juntar letras para expresar la idiocia cultural de ésta, nuestra querida sociedad. ¡Señor Cuesta dimisión!