Recibo con alegría desbordante la noticia de la reforma de la carretera de s’Esgleieta, no sé ya si por librarme cada mañana de atascos kilométricos o porque por fin un gobierno convertirá en realidad un proyecto aprobado hace 15 años. Algunos que soñaban con que sus hijos fueran a la universidad con seguridad, librándose de un camino angosto, sin arcén y con curvas de escasa visibilidad, tendrán que conformarse con que sean sus nietos los afortunados. Tarde, pero llega. Hemos tenido que soportar continuos accidentes, procesiones de cicloturistas, colas eternas y pésimos asfaltados inundados de baches y parches. Un trazado en el que a duras penas caben dos coches y en el que un milímetro de desvío de volante puede lanzarte sobre hermosos campos de almendros, previa ingestión de vallas medianeras porque no hay márgenes laterales.
Y por fin resucitaron el proyecto
Palma25/02/22 3:59
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1 comentario
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Se olvida de las motarras y cocharros que van a toda mecha por ahí como si no hubiese un mañana he imitando o entrenando como si fuesen pros del sector.