Esta década apenas empezada tiene ya muchos más acontecimientos de los que puede contener, se le han saltado todos los botones, y el reventón de sus costuras no augura nada bueno. Yo fui uno de esos capullos que recibieron con aplausos y sonrisas estos años veinte, porque tengo mucha fe en las frases hechas, y los felices veinte (del siglo pasado) se me habían metido en la cabeza. Jazz, faldas cortas, posguerra, charlestón, mucha literatura… Por algo se llaman los felices años veinte. Quizá a estas alturas no es posible tanta felicidad, por más que me la merezca, pero tampoco esperaba esta década calamitosa. Por exceso de acontecimientos, decía. Para empezar, la pandemia global, y antes de salir de ella, la guerra. En Europa, otra vez. A la mierda los felices años veinte. Estábamos tan tranquilos, cuando de pronto y sin más ni más, nos avasallaron los acontecimientos. La fatalidad. Habrá que corregir las frases hechas, y los hitos históricos o idiomáticos.
Teoría de los acontecimientos
Palma22/03/22 17:01
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