Según dicen el Ejército ruso ha perdido ya casi diez mil soldados y cuenta con unos 15.000 heridos. Con que ya estaríamos hablando de un 5 % de bajas en apenas un mes. Si la guerra se eterniza la invasión a Ucrania puede convertirse en un verdadero infierno para los rusos. Sin embargo, un psicópata como Putin tirará hacia adelante aun cuando él mismo sea consciente de que el apartado militar se le ha escapado de las manos. Y encima Zelenski, demostrando tener más agallas de las que se presuponía, no huyó a los pocos días como seguro que el pequeño zar daba por hecho. Sobra decir que cualquier invasión de un país, sea el que sea, es una aberración.
También es lícito decir que ojalá esa corriente de repulsión que se ha generado en nuestra sociedad ante la invasión de Ucrania hubiera sido igual cuando Siria, etcétera. Pero no hasta el punto de dar la impresión de estar a favor de la misma. Queda bastante claro que Rusia está asesinando a cientos de civiles, derruyendo las calles y edificios de sus principales ciudades y arruinando lo que había sido su vida cotidiana hasta entonces. Suena raro que aquellos que denuncian las atrocidades que se han cometido en Siria no denuncien a las claras lo que se vive en Ucrania.
Ese: sí, pero… retuerce sus argumentos. Estamos de acuerdo que se debería denunciar cualquier guerra, se puede entender el trasfondo anti OTAN que rezuman sus palabras, pero no a base de parecer decir: ya que antes no se hizo ahora tampoco debería hacerse. También choca que haya gente que denuncie la invasión, pero cuando llegan refugiados de Ucrania, decenas de personas que escapan al horror, se cuestione si reciben más ayudas que los de aquí como si ellos pudieran regresar a sus hogares ya inexistentes.
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